Ya es oficial: el TAV es una catástrofe económica.

 

El desastre del Tren de alta velocidadAnton Perez Calleja y Nuria Lopez de Gereñu, durante el breve y jugoso intercambio sobre el TAV

Ya es oficial: el TAV es una catástrofe económica. Ayer, 28 de octubre de 2013, en el programa El Dilema de EITB2, nada menos que Antón Perez Calleja, justo al termino de un anodino programa falsamente polémico, y verdaderamente vergonzoso por su censura de la crítica de la economía política capitalista al no incluir contertulios críticos del capitalismo, aclaraba cuál es el estatuto político-económico, en lo que respecta a la rentabilidad capitalista, de las inversiones realizadas en la infraestructura  denominada Tren de Alta Velocidad, Abiadura Handiko Trena: INVERSIÓN ABERRANTE.

Perez Calleja es un capitalista neoliberal vasco, pez gordo entre los analistas económicos del capitalismo nacional y viejo conocido de la clase obrera de Euskal Herria por sus cínicas posiciones favorables a la “destrucción creativa” durante estas y otras reestructuraciones y crisis capitalistas. Ayer, después de un sinfonía de mercantilismo social y de típico discurso reconversor “danzad malditos, danzad“, nos sorprendió en el último minuto del seudodebate en El Dilema arremetiendo contra la inversión en el TAV, nada menos que delante de la que fuera consejera de Transportes y Obras Públicas del Gobierno vasco entre junio de 2005 y mayo de 2009, por el PNV, y hoy secretaria general de Confebask, Nuria Lopez de Gereñu, máxima responsable de la gestión de la inversión en el TAV en Baskongadas durante el periodo más duro de su imposición.
El intercambio se registró a partir del minuto 1.14.40s:

ETB2.El dilema:
¿Estamos saliendo de la crisis?

Transcripción:

Anton Perez Calleja: Yo me llevo las manos a la cabeza con ese empeño sorprendente del Gobierno vasco de seguir insistiendo en construir el Tren de Alta Velocidad, un juguetito de siete u ocho mil millones de euros, cuando se termine, que no se sabe cuando se terminará, que no tiene ningún sentido, ¡es una inversión aberrante!, eh, no tiene ningún sentido y se van a gastar 8.000 millones de euros para nada, y quien dice eso dice aeropuertos, ehhmm, dice centros de arte activistas, dice puertos…
Presentador: Sabe lo que pasa señor Calleja…
Lopez de Gereñu: Esto daría para un debate muy en profundidad, que creo que no es el momento, ¿no os parece?
Presentador: Teniendo en cuenta que la señora Lopez de Gereñu fue consejera de Transportes pues…je jeje…
Lopez de Gereñu: En su esto, esto, en si mismo, Yo creo que hay mucha diferencia entre gasto e inversión, por eso mismo, esto daría…
Anton Perez Calleja: Primero nos arruinará y luego nos provocará tales perdidas su mantenimiento…
Lopez de Gereñu: Factor de PIB que supone, factor sobre cualquier, un euro de inversión dedicado a inversión lo que puede suponer
Anton Perez Calleja: Reconocido por Pepiño Blanco que nunca se ha hecho una análisis de rentabilidad de ninguna de las inversiones y específicamente del tren de alta velocidad, y tenemos más kilómetros de alta velocidad que Francia, que fueron los que lo inventaron.
Lopez de Gereñu: A nivel del estado, en Euskadi no tenemos inversiones en este momento y de hecho nos está pesando ya.
Anton Perez Calleja: Me hace gracia ese comentario de un alto responsable del Gobierno vasco: a este paso el tren de alta velocidad solo va a servir como bidegorri.
Lopez de Gereñu: Podriamos hacer un debate sobre transportes y daría juego, daría mucho juego.

Pues nada, siendo Perez Calleja quien es, solo cabe concluir que ya es oficial, el TAV es una catástrofe económica. Pero por su dimensión y por el raro fanatismo con la que la burguesía vasca se ha obcecado en insistir tercamente en realizar tamaño sabotaje ecológico y económico contra el país, aunque esta vez les va a volver, les está volviendo ya, como colosal boomerang, estamos ante la constatación de un dato tan o más grave que la crisis del antaño mundialmente celebrado capitalismo cooperativista vasco, ejemplificado en FAGOR Eletrodomésticos. Estamos ante la constatación de que el TAV es una catastrofe económica, si, pero tal como están las cosas, una catástrofe de largo alcance.
¿Qué envergadura tiene esta catástrofe económica llamada TAV? Veamos lo que nos cuenta el inefable Gabinete EKAI Center, voz dominante en política económica e industrial hoy en la increible izquierda abertzale tolerada de esta segunda década del siglo XXI. Ekai center dice en uno de sus informes:
(Un posicionamiento relativamente lógico del Gobierno vasco pudiera consistir en:) evitar en este momento reflexionar sobre la futura funcionalidad o viabilidad económica del Proyecto con el fin de evitar cualquier riesgo de que el Gobierno central cuestione o reduzca sus compromisos financieros.
Que es lo que está haciendo. Pero ya vemos que Anton Perez Calleja no está por la labor…
El puro que nos deja la burguesía en su gestión del excedente social empleado en el TAV durante la primera década del siglo XXI ya está cuantificado:

TAV-AHT, una catástrofe ecológica no menor que la económica.
AHT-TAV, una catástrofe ecológica y social no menor que la económica.

2.360 millones de euros, (¿solamente?) que para ser funcionales requieren 3.540 millones de euros adicionales más (¿solamente?).*
Solo cabe concluir que el Tren de Alta Velocidad, finalmente, es la más catastrófica inversión realizada jamás en Euskal Herria en la esfera de producción de medios de producción. Una inversión que, tras absorver 2.360 millones de euros de capitales públicos en estos años, exige inversiones adicionales por un monto de 3.540 millones de euros (cuando menos) en los próximos ocho años. Solo ocurre que, como queda implícito en la denuncia o protesta de Perez Calleja, se ha hecho sin disponer ni siquiera de un plan de rentabilidad, es decir imponiendo una inversión que, a su vez, impone asumir un gasto continuo sobre el presupuesto público hoy imposible de proveer en las condiciones que impone la nueva fase de la acumulación de capital que se está abriendo. La burguesía vasca simplemente sobreestimó las capacidades de los bolsillos obreros y populares vascos de absorver saqueos, lanzándose a un epocal brindis al Sol del consumo de rentas populares, que finalmente está desembocando en un serio dilema, este si, sobre si la economía vasca puede sobrellevar esta saqueo sin naufragar en bloque.
Peor todavía, el TAV vasco no tiene conexión con el Centro de Europa, (ahora han prometido que en el 2032 se terminará) ni con la Meseta (la negativa del estado español no es por ecología, es que el dinero que tiene lo está empleando en pagar intereses al capital financiero y en rescatarlo, debido al descomunal y creciente endeudamiento que soporta de la formación socio-económica española) ni con el Corredor Cantabrico (Imposible, si no se les dan a las administraciones públicas de esos territorios cantabricos, a fondo perdido, decenas de miles de millones), mientras en el Valle del Ebro el Gobierno de Navarra ya está cerrando tramos, también por la imposibilidad de afrontar los enormes gastos que conlleva.
O sea, la inversión nueva se haría para imponer más gastos, y sin retornos de rentabilidad ninguna. Por eso, es una inversión aberrante, o algo peor.
Este desastre anunciado y resistido por amplísimas movilizaciones sociales vascas, realizado en un mundo en el que las inversiones en infraestructuras de transporte y circulación, se enrumban hacia sofisticados sistemas circulatorios de coches sin conductor y medios aeros avanzados – este fiestón del asfalto y el cemento que ha sido el tristemente célebre Tren de Alta Velocidad, esta calamidad ha servido para eliminar un muy grueso caudal de inversión pública y de inversión social, equivalente al menos a 5 años de la inversión social total en Baskongadas, y si se realiza el total de la inversión terminará equivaliendo al total de 15 años**. Pero es que, además, si mucho no me equivoco, sumado a la catástrofe de la MCC, a la que le falta el nada claro desenlace del capítulo Eroski, y a los inquietantes factores estructurales que se han impuesto, puede ser la puntilla a la economía industrial vasca.
Para contextualizar el papel de las grandes inversiones en infraestructura de transportes y comunicaciones en la acumulación de capital, veamos que nos dice el marxista reformista David Harvey en su ensayo “El nuevo imperialismo: Acumulación por desposesión“:

La larga supervivencia del capitalismo, a pesar de sus múltiples crisis y reorganizaciones y de los presagios acerca de su inminente derrota provenientes tanto de la izquierda como de la derecha, es un misterio que requiere aclaración. Henry Lefebvre pensaba que había encontrado la clave del mismo, en su famosa idea de que el capitalismo sobrevive a través de la producción del espacio, pero no explicó exactamente cómo sucedía esto1. Tanto Lenin como Rosa Luxemburgo, por razones muy distintas, y utilizando también diferentes argumentos, consideraban que el imperialismo –una forma determinada de producción del espacio– era la respuesta al enigma,aunque ambos planteaban que esta solución estaba acotada por sus propias contradicciones.
En los ‘70 traté de abordar el problema mediante el análisis de los “ajustes espacio-temporales” y de su rol en las contradicciones internas de la acumulación de capital2. Este argumento sólo tiene sentido en relación con la tendencia del capitalismo a producir crisis de sobreacumulación, la cual puede entenderse teóricamente mediante la noción de caída de la tasa de ganancia de Marx3. Estas crisis se expresan como excedentes de capital y de fuerza de trabajo que coexisten sin que parezca haber manera de que puedan combinarse de forma rentable a efectos de llevar a cabo tareas socialmente útiles. Si no se producen devaluaciones sistémicas (e incluso la destrucción) de capital y fuerza de trabajo, deben encontrarse maneras de absorber estos excedentes. La expansión geográfica y la reorganización espacial son opciones posibles. Pero éstas tampoco pueden divorciarse de los ajustes temporales, ya que la expansión geográfica a menudo implica inversiones de largo plazo en infraestructuras físicas y sociales (por ejemplo, en redes de transporte y comunicaciones, educación e investigación) cuyo
valor tarda muchos años en realizarse a través de la actividad productiva a la que contribuyen.

Una inversión ruinosa a largo plazo en infraestructuras tiene pues serias consecuencias, puede convertirse en lo contrario de aquello para lo que se hacía. El excedente que los obcecados en imponer el TAV han dilapidado en esa inversión aberrante que hoy puede constatarse ha sido el TAV hubiera podido servir para afrontar la  “trasformación productiva” que la acumulación de capital en EH impone. Parar la obra es una ruina, lo hecho ya es un desastre económico, pero culminar la obra puede constituir una catástrofe económica de largo alcance. Así las cosas, la crisis política derivada de la situación creada por la obcecación en imponer esta obra ya está comenzando, y promete ser apoteósica en la burguesía vasca, al juntársele con todo un rosario de factores, hechos y condiciones negativas, muchos de ellos por ellos mismos impuestos, que hacen muy grave sino insostenible la situación económica del país.
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NOTAS

Y Vasca. Escenarios comparados. 

** Aunque claro, depende de cómo estimamos la inversión social. Si contabilizamos las comilonas, la ertzaintza y las subvenciones a EITB como inversión social, las proporciones de equivalencia serían distintas, no más que un año, aunque un año entero sin Osakidetza, EITB, Ertzaintza, Lanbide, protección social eta abar eta abar eta abar, no es filfa. Si tomamos una media de mil millones de euros reales, como lo cuantifica Elkartzen, la inversión social dilapidada equivaldría “solo” a nueve años. Veánse:

Elkartzen juzga insuficiente el gasto social en las cuentas vascas.

y

Elkartzen pide que las partidas para grandes infraestructuras, como el TAV, vayan dirigidas al gasto social.

Si calculamos 500 millones de euros anuales, serían 18 años; 18 años comiéndose esta “inversión aberrante” la mitad de la inversión social de una población en proceso de envejecimiento, con tasa de natalidad plana, presupuestos intervenidos y con un alto paro estructural. Eso si, con rentabilidad CERO durante y después de semejante operación. ¿Quién da más?

4 comentarios en «Ya es oficial: el TAV es una catástrofe económica.»

  1. Egunon:
    Nos gustaría puntualizar el texto siguiente que habéis recogido:
    Ekai center dice en uno de sus informes:
    (Hay que) “evitar en este momento reflexionar sobre la futura funcionalidad o viabilidad económica del Proyecto con el fin de evitar cualquier riesgo de que el Gobierno central cuestione o reduzca sus compromisos financieros”.
    Este texto parece transmitir que ésa es la opinión de EKAI Center y nada más lejos de la realidad. Al contrario, esa reflexión es precisamente uno de nuestros cambios de trabajo actuales. En ese texto, EKAI Center está interpretando el actual posicionamiento del Gobierno Vasco al respecto.
    Un saludo,
    EKAI Center

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  2. Kaixo:
    Mea culpa.
    Procedo a modificar la redacción, pero os señalo que la ambigüedad “técnica” en los escritos puede llevar a confusión, y esta fuera de lugar cuando los obcecados con imponernos el TAV pretenden endosarnos otros 3600 millones adicionales de euros de factura en culminar la catástrofe ecológica, social y económica del TAV.

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  3. Kaixo berriro:
    El artículo lo han leído unas 18 personas antes de esta puntualización. Con el objetivo de que esas personas tengan la oportunidad de conocer esta aclaración he incluido una nota informativa en portada.
    agur

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