Ciudad para qué

Ciudad ¿para qué...?

Las turbias esquinas y las decoradas ramblas
van y vienen, tal la dicha fue
sin poner su huella, irrememorable, no por la ciudad.
Es ser ciego caminar buscando
por estas aceras donde todos son divagar,
es ser mudo cantar como un pajarillo
por estas plazuelas,
y sólo comparable a mirar un fuego
delirante abrir aquí el corazón.
Cien mendigos me componen,
por las postales que mañana miraré
sin recordarnos, borracho de anomia,
y bajo el imperio de lo que llaga
y encauza el dolor a un NO
en ese paso de cebra, en esta terraza pendiendo
de un sueño, la espada y el miradeo,
te encuentro en todo recordándome
la permanente soledad del bosque humano,
el despiadado frío del metal
y el rigor angustioso del hormigón sin final.

K.A.García-Salmones

Deja un comentario