Durante este recién pasado año 2020 he tenido un breve diálogo con el compañero argentino Pablo Mestrovic en el artículo titulado “El Capital Productor de Humanos. La relación salarial no reproduce población proletaria, produce capital humano, – si es rentable –  respecto al lugar de la cuestión del aborto y el abortismo  en Baskonia en estas décadas pasadas y en la venidera revolución mundial espartaquista. Procedo a publicar la última aportación en ese intercambio para darle más visibilidad al texto, al cual no excluyo seguir desarrollando en lo adelante:

Respuesta a las preguntas de Pablo Mestrovic en comentarios en el artículo titulado [El Capital Productor de Humanos] La relación salarial no reproduce población proletaria, produce capital humano, – si es rentable.


Kaixo Pablo:

Perdona por la demora en responder a tu comentario, debida a las muchas pequeñas tareas acumuladas que en esta temporada me veo obligado a atender. Por esto mismo también me veo obligado a responderte con unas letras rápidas que espero sean, en cualquier caso, de alguna utilidad a tus esfuerzos por aclarar la cuestión del abortismo en el proletariado, desde la Argentina, hoy bajo una campaña malthusiana pro abortismo.

La Cuestión del Paro Obrero

Sobre mi experiencia decirte que yo llegué al asunto del abortismo a partir de la investigación sobre la incongruencia entre la alta tasa de paro obrero y los esfuerzos del capital por animar la importación de fuerza de trabajo, especialmente en Baskonia y en el conjunto del estado español.

Este interrogante no terminaba de comprenderlo desde inicios de los años 1990s, cuando propulsado por la crisis de 1992, a tres años de la Huelga General del 14 de diciembre contra el desempleo juvenil, – cuando la UGT se revolvió contra el PSOE por su plan de brutal precarización del empleo juvenil, y su partido le aplastó -, fui responsable del área de desempleo de un sindicato vasco, y nombrado responsable de elaboración teórica de la asamblea. Aunque el área terminó estallando por las contradicciones entre sectores de la clase, pasé a participar en Dantzaki Taldea, a la sazón un grupo de intelectuales voluntarios abertzales y socialistas que queríamos comprender qué era lo que estaba ocurriendo realmente en esos 1990s.

Conviene aclarar que yo no provengo de la Izquierda Abertzale, provengo de la Unidad Popular, Herri Batasuna, donde me integre como independiente, si bien es cierto que era simpatizante de K.A.S (Koordinadora Abertzale Sozialista). En esos años 1990s comenzaban a sentirse los efectos de la implosión de la URSS. Después del Acuerdo de Lizarra en el cual la renuncia política, no teorizada en términos marxistas sino como un acuerdo nacional vasco en el cual se sacrificó el objetivo del estado socialista vasco a la integración en la “normalización política”, rindiéndose al PNV, me retiré, y terminé arribando al movimiento antiglobalización. Pero durante la ilegalización de Batasuna no me quede en casa sino que intenté estar con las bases sitiadas por esa política totalitaria de ilegalización.

En todo ese tiempo la preocupación por la situación social del paro obrero y la precariedad fue constante, y cuando estalló la crisis me vi obligado a entrar junto a otra persona en una larga polémica sobre la vigencia del marxismo, concretamente de la Ley General de Acumulación de Capital, la Ley del Valor y, sobre todo, la Ley de la Tendencia Decreciente de la Tasa de Ganancia, que eran canceladas por una corriente socialdemócrata subjetivista, que se parapetaba en escusas “antiestalinianas”.

En torno a 2008-2011, tras el estallido de la crisis mundial que veníamos señalando que estaba a punto de expresarse, analizando la composición de clase del país y la descomposición política de ETA, me encontré con el asunto del pasmoso envejecimiento poblacional, descubriendo los resultados de la baja natalidad a largo plazo, y la reducción paulatina del proletariado endógeno, formado y descompuesto como bloque histórico a lo largo de 8 décadas. Y la relación directa de este asunto con el de la contradicción entre la alta tasa de paro y la simultanea alta importación de fuerza de trabajo.

La fracción etaria embrionaria del proletariado mundial

La tasa de paro es alta, pero la importación de fuerza de trabajo también ¿por qué? Me preguntaba. Las luchas de la oferta y la demanda de fuerza de trabajo, la concentración y centralización de capital, y la necesidad continua de sobreoferta de fuerza de trabajo, pero, a la vez, de que esta sobreoferta no desborde determinados márgenes, como terminé por comprender, conducen al imperialismo demográfico y a la gestión de los sobrantes no rentables de una manera que solo cabe denominar como totalitaria e inadmisible.

Concretamente, si el proletariado adulto es aquello que solo tiene su fuerza de trabajo para alimentar a sus hijos, en su estado de desarrollo infantil y preinfantil solo tiene a sus padres para sobrevivir, y cuando está en desempleo y en posición de sobrante no rentable solo tiene las fuerzas de la clase para sobrevivir (la conciencia de la clase es la conciencia de su contenido esencial, o sea, la necesidad de vender su fuerza de trabajo para sobrevivir, y esto en una formación social en la que la sustancia del valor es el trabajo, y la sustancia del trabajo es la vida: Así pues yo llegué a la cuestión del aborto tras comprobar que los humanos embrionarios son la fracción más totalitariamente explotada del proletariado mundial, a partir del análisis marxista y la lucha proletaria prolongada.

El proceso de la introducción del abortismo en Baskonia

Recuerdo como se planteaba esta cuestión en los años 1970s finales y primeros 1980s en las calles vascas: A nosotros se nos dijo que el aborto se legalizaba para proteger a las mujeres que hubieran quedado embarazadas en una violación (1). Ciertamente, es una cuestión moral muy grave y compleja porque el humano embrionario que puede morir no es responsable del acto de violación sino también victima de él, pero este causal al menos no es la trivialización completa y la totalitaria cosificación de la vida y la muerte de los humanos embrionarios que luego se ha impuesto.

Conviene aclarar que en las décadas siguientes he visto seis procesos de aborto, con lo cual la experiencia me ha demostrado que el abortismo no tiene nada que ver con la propaganda malthusiana camuflada como feminismo e incluso “comunismo”. En todo caso, en el análisis del derrumbe numérico del proletariado interno, empleado como combustible humano por el capital, la alta mortalidad y la baja natalidad tenía una de sus causas en la baja fertilidad media relacionada con el proceso de disminución del salario mínimo proletario, y una parte de la baja fertilidad respondía a la represión de la sexualidad proletaria también mediante el fomento del abortismo.

Calculo que en torno a, como mínimo, 200.000 humanos embrionarios han sido muertos en estas décadas en Baskonia, y quizás ni el 0,001% de ellos hayan sido matados bajo el causal de violación. Y que con la aplicación de los medios antifertilidad, el capital y las clases medias se han evitado el nacimiento de al menos otros 300.000 más. Esta bajada de la fertilidad es, en mi opinión, la clave de bóveda para entender la descomposición de las dinámicas fuerzas proletarias vascas surgidas de la critica al fordismo de los años 1950-1970s. Recuerdo que en el año 1975 en que comenzó a caer la tasa de natalidad con fuerza en Baskonia, la edad media de la población era de 27 años, y ahora está entorno a los 42 años, pero si nos ceñimos a la población proletaria endógena rondará los 50 años. Y no es que haya muchos viejos, es que hay pocos jóvenes; no son rentables como capital humano, son caros de criar, costosos de formar y más baratos si se importan del exterior. Pero este es el proceso estructural, que en cuanto a luchas políticas de clases se resolvió de una manera incorrecta y falsa presentando al abortismo, mediante su explicación con casos extremos, como una necesidad del proletariado .

El proceso político de la imposición del abortismo en el estado español

He investigado bastante el proceso de legitimación del abortismo en la Unidad Popular, HB, concretamente las acciones de ETA e Iraultza contra el médico obstreta Usparixe, hacia finales de 1982, que considero contrarias a los intereses del proletariado internacional en Baskonia. Usparixe se posicionó a favor de dar voz a los intereses de los no nacidos en un debate auspiciado en el periódico La Voz de España, de Donosti, que por entonces estaba siendo gestionado por los trabajadores y posteriormente sería cerrado por Mayor Oreja (II). O sea, actuando contra Usparixe se cortaba el debate del aborto. Y, de hecho, en Baskonia, al contrario de lo ocurrido en los EEUU, en Italia o Bélgica y muchos otros países, no hubo debate debido a esas acciones.

Esas acciones no fueron publicadas en el diario Egin, o al menos yo no las he encontrado, y tampoco he logrado leer las razones dadas para explicar esa acción política por ETA (M) en un comunicado emitido adhoc para ello. Pero tengo que decir que en Egin, precisamente dos o tres semanas después de esa acción, el medico Eneko Landaburu se posicionó a favor del derecho a nacer sin violencia de todos los humanos embrionarios en el suplemento de salud. Eneko está precisamente ahora en Argentina, y quizá él pueda aportarte las razones para mantener esa posición contraria al abortismo, que claramente es una posición favorable a los intereses del proletariado internacional.

Desde luego, en mis investigaciones históricas he llegado a la conclusión de que la introducción del abortismo fue una consecuencia lógica de la ola liberal de la Reforma de 1978, pero es que esta ola fue preparada por el franquismo. Concretamente quien preparó la legalización del PCE y del PSOE desde 1969 a través de su puesto como director del CESED fue el almirante Carrero Blanco, cooperando entre otros con la Fundación Ebert (el socialdemócrata que, junto a Noske, mató a Rosa Luxemburgo y Karl Liebneckt en la Revolución Alemana) del SPD.

O sea, el malthusianismo liberal se impuso directa o indirectamente desde el mismo interior del régimen, no lo que nos han contado los liberales radicales. Más aún, un lustro después, a ETA le redujeron al plano militar de la contradicción pero, a la vez, desde 1977 a 1984 golpeaban sistemáticamente a su dirección y sus cuadros más activos propiciando la sustitución de la dirección militar por una dirección político-militar muy radicalizada pero netamente reformista. En todo caso, ni un Argala en ETA, ni un Monzón en HB hubieran admitido la eliminación interna nacional vasca del debate sobre el aborto por medios militares.

No se debe confundir liberalismo radical con comunismo revolucionario

No podemos olvidar Pablo que los combatientes que vencieron al nazismo en 1945 eran anti abortistas, ni que la cuestión del aborto fue debatida en las fábricas soviéticas en los años 1934-1936 quedando impugnada la ley antifamilia de 1919 por sus resultados inadmisiblemente negativos sobre la población.

En estos momentos, personalmente yo no puedo estar en ninguna formación política que sea proabortismo porque considero que es contraria a los intereses del proletariado internacional. Tarde o temprano surgirá esa fuerza en la lucha de clases misma, por una cuestión muy concreta: El aborto es el foco de las contradicciones de la lucha de clases en el capitalismo tardío. El abortismo no es un punto de llegada, el abortismo es el punto de salida de la cosificación nueva durante la siguiente fase de la explotación, de socialización robótica, en la que otras fracciones de edad, género, origen nacional, en posición de sobrantes no rentables pueden verse puestos también en cosificación extrema al igual que los humanos embrionarios hoy y durante estas cuatro décadas, hasta llegar a ser considerados mera materia prima por el capital biogenético y el reformismo. Los que dicen que son nacionalistas pero apoyan esta política sobre el proletariado endógeno de sus naciones me repugnan, y no les apoyaré jamás; por supuesto que estoy por la libertad de las personas, incluida la prerrogativa de todos por igual de nacer sin violencia. Y por la revolución espartaquista que lleve a la disolución de la sociedad de clases y al socialismo y a la fase comunista, lo que es completamente imposible en formaciones sociales saturnalistas que llevan a confundir la destrucción de las siguientes generaciones a las cuales también estamos obligados a respetar, con una supuesta moderación reproductiva bajo la cual se está desarrollando, se ha desarrollado ya, el imperialismo demográfico y una tercera ola del malthusianismo, de carácter intensivamente tecnológico y ecofascista. A esta siguiente ola de malthusianismo, que sucede al neomalthusianismo, podemos denominarla Tecnomalthusianismo, el malthusianismo 3.0,(III) que constituye una declaración de guerra al proletariado mundial. Pronto, las mujeres proletarias, al igual que lo que ha ocurrido con los hombres proletarios considerados sobrantes en la fase toyotista, van a perder completamente también su autonomía procreativa en esta época de socialización robótica. Se trata de lucha de clases, y ocultarlo se llama, cuando menos, reformismo.

Agur bero bat Pablo

K.A.García-Salmones


NOTAS AÑADIDAS

  • (I) Lo que realmente ocurría era que una parte de los padres fuera del matrimonio abandonaban a las mujeres embarazadas, que especialmente durante la liberación erótica anti sexual, solían ser muy jóvenes, entonces podía aparecer el infanticidio, y el aborto servía para ocultar el infanticidio. También intervenían las familias imponiendo el aborto, especialmente en la burguesía, cuando el padre no era socialmente del agrado familiar, por parte del padre o de la madre de la embarazada, fenómeno burgués que sigue vigente en la actualidad. Igualmente mujeres jóvenes emigradas a la ciudad que quedaban embarazadas y eran abandonadas por los padres se veían en un serio problema que, si eran católicas, se resolvía con la entrega del bebé a las monjas, las cuales lo daban en adopción. Pero más adelante con la descristianización toyotista y, especialmente, tras la crisis económica de 1973 que comenzó a gestarse en el proceso inflacionario de 1966, la solución neomalthusiana del aborto para encubrir el infanticidio terminó imponiéndose.
  • Ya a inicios de los años 1980s, la movilización neomalthusiana favorable al abortismo en el movimiento obrero no encubre el infanticidio, como puede comprobarse en número de la revista de Punto y Hora de 1980, en el que se reconoce que se está matando a un bebé embrionario en un caso que se presentaba como emblemático, en el que al estar el padre en huelga y al borde del paro, estar la madre enferma y un hermano enfermo de los cuatro hijos, se presentó ante el movimiento obrero como algo legitimo el empleo del aborto para mejorar la situación, de una forma que claramente se sale del campo espartaquista que no resuelve ni anima a resolver mediante el infanticidio ni en su forma postnatal ni en su forma prenatal del abortismo, los problemas de la explotación salarial de clase, y si combate esta tendencia.
  • (II) Pero es cierto que en otros diarios se dió una campaña de propaganda pro abortista dirigida por el cuadro neomalthusiano Fernando Savater, profesor de “ética” y “filósofo”, un anti comunista frenético que subió como la espuma en la nomenklatura del régimen debido a estas posiciones extremistas neomalthusianas, en defensa del abortismo por el “derecho de la madre” a matar a su hijo debido a la baja calidad de vida que según el podría tener si naciera.
  • (III) Conviene aclarar que pueden distinguirse tres grandes olas históricas del malthusianismo capitalista:

    El primer malthusianismo no era abortista, y buscaba no solo controlar el número de proletarios para evitar problemas de expropiación a los terratenientes, sino reducir los aborrecimientos maternos para evitar infanticidios por los métodos tradicionales de la contención sexual en los matrimonios para evitar familias numerosas, pero las familias eran numerosas debido a la alta mortalidad infantil y la rápida incorporación de los niños al trabajo y, así,salario. Este malthusianismo, de los terratenientes fue recogido por los industriales de Liverpool y luego de toda Inglaterra poniendo la responsabilidad del ajuste familiar a los salarios, durante las bajadas de los ciclos industriales, en las familias proletarias, que debían ajustarse por medio de la reducción del número de sus miembros. El malthusianismo todavía no era abortista. La salida a la sobrepoblación relativa en Europa, donde ese régimen procreativo se impuso primero, fue la emigración a las Américas. El malthusianismo que Marx conoció y combatió fue este maltusianismo clásico pero no en su primera y criminal etapa puesto que hay que recordar que Malthus no meramente un economista teórico sino muy concretamente fue el economista jefe de la Compañía Británica de las Indias Orientales, la empresa que gestionaba el capital más concentrado de esa primera mitad del siglo XIX, a la que, siguiendo su política, se le achacan 35 millones de personas muertas en La India y China cuando la población mundial era de 1000 millones de habitantes, lo que hoy equivaldría a 240 millones de personas por volumen de población total mundial afectada.El segundo malthusianismo, el Neomalthusianismo fue un desarrollo del anterior que ha se prolongado, a traves de dos etapas, desde finales del siglo XIX hasta , pasando por la formación del fordismo,  y, desde 1968 hasta 2020, la toyotista. . Después de la ruptura de la I Internacional, un sector de clases medias que había agudizado las contradicciones entre la tendencia anarquista y la comunista en el proletariado internacional, liderado por Paul Robin a partir de 1894 pasó a promover el malthusianismo pero renovándolo, con apoyo del funcionariado del estado francés y de la oligarquía darwinista inglesa; Fabricaron una ideología burguesa llamada “Neomalthusianismo” que sostenía que el Hombre iba a dirigir la Evolución, en alusión a la teoría burguesa del darwinismo, sin aclarar qué hombres y qué clases iban dirigir a qué hombres y a qué clases (véase O con Teresa San Martí o con Ferrer i Guardia“) , las aplicaciones de esta ideología dieron en el neomalthusianismo nazi, con su higiene racial por “razas”, el poligamismo darwinista y el abortismo contra el proletariado de los paises ocupados, así como las posiciones criminales del higienismo neomalthusiano de Margaret Sanger en los EEUU y Suecia. Pero el neomalthusianismo no fue juzgado en los Juicios de Nuremberg.Para hacerlo atractivo en el movimiento obrero, la burguesía malthusiana forjó una ideología neomalthusianismo que sostenía que la planificación natural de las familias tenía que dejar paso a una planificación consciente de la vida de los parientes mediante anticonceptivos que en los hechos no son anticonceptivos sino abortivos químicos, que separanrían el placer y la procreación. En realidad, la panoplia neomalthusiana lo que hace es suprimir el resultado en vidas humanas de la procreación,  que no es lo mismo que separar el placer sexual de la procreación. Por tanto todo el edificio de la segunda oleada malthusiana, el neomalthusianismo, se basa en una mentira descomunal, la mentira del siglo..
    El tercer malthusianismo, el Tecnomalthusianismo, está apareciendo ahora a partir del final del devastador neomalthusianismo toyotista, – segundo periodo del  Neomalthusianismo, que empezó en 1945 tras esconderlo durante un tiempo para remozarlo, generando un nuevo diccionario de eufemismos para quitar los conceptos eugenésicos de la higiene racial sustituyéndolos con nociones coloreadas de democracia y progreso-,que ha terminado en 2020, con el golpe de estado global de la oligarquía globo-oligopolista a partir de la OMS mediante la declaración de Pandemia sobre el SARS-CoV-2. El segundo periodo neomalthusiano, toyotista, se compuso de dos grandes etapas, la crítica a la reproducción social ampliada del capitalismo fordista, y luego la liberación erótica, mediante la Política Antisexual de la socialdemocracia. En cambio, el primer periodo del Tecnomalthusianismo, tercer malthusianismo histórico, ya en la palestra, intenta neutralizar la procreacion humana mediante la des-sexualizacióin de varones y féminas intentando instaurar una tendencia de roles de género sin reproducción natural, o espontanea. La autodeterminación procreativa, reprimida con el desplome del salario mínimo, es perseguida culturalmente, mientras se promueve como materia prima de experimentos a segmentos trans de la población, a las que se les emplea de carne de cañón político para abrir mercados transeróticos. Pero sobre este desarrollo anti sexual, digamos soft o blando, el segundo periodo parece estar ya preparándose en la creación de humanos “mejorados”, que perpetuarían los genes de las oligarquías y una parte de las clases medias, mientras negaría pleniparcial pero sistemáticamente, de manera totalitaria, la procreación en el proletariado mundial. .

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