Nuevo intento en Suecia de implantar el “derecho” fascista y pro abortista a “no cuidar” para los hombres.

[Versión 2 / Revisión 2]

En una noticia sobre “el derecho al aborto de los hombres“, Rusia Today informa de que:

El ala juvenil de la formación sueca Partido Liberal del Oeste (LUF Vast) propone permitir que los hombres puedan negarse a aceptar la responsabilidad de ser padres dentro de las 18 primeras semanas de embarazo, el plazo que coincide con el periodo durante el que una mujer tiene derecho legal a abortar en Suecia, informa ‘Local’ ( Enlace no activo: http://www.thelocal.se/20160304/let-men-have-legal-abortions ). 
“Esto significa que un hombre renuncia a los derechos y a las obligaciones de la paternidad“, dijo el presidente de LUF Vast, Marcus Nilsen. Es decir, el denominado derecho al “aborto legal para los hombres” sugiere que el padre biológico no tendría que pagar el mantenimiento de su hijo, pero tampoco tiene derecho a conocerlo. “

Realizada la propuesta en nombre de la Ideología de Género no es, sin embargo, verdaderamente el Derecho a Abortar para los hombres, puesto que si el derecho de las mujeres a abortar es el derecho a abortar el embarazo matando al embrión, es decir su renuncia a ser progenitoras, el derecho al aborto de los hombres es el derecho de los hombres a abortar el embarazo de un embrión de su progenie, es decir, su renuncia a ser progenitores, y lo que está proponiendo el Partido Liberal del Oeste no es esto.
El derecho a abortar de los hombres es una formula no reconocida ahora pero que efectivamente realizaría la igualdad de género, al poder cometer el mismo acto las personas de cualquiera de los dos géneros. El caso es que si se admiten los argumentos de los pro abortistas no veo cómo podría oponerse nadie al derecho al aborto para los hombres puesto que si se considera que el embrión no es un ser humano real, y si un hombre no desea mezclar su línea genética con la de una mujer, decisión que toma antes de que el embrión tenga, por ejemplo, 18 semanas, debería, dentro del paradigma pro abortista, finalmente fundamentado en el derecho de propiedad, poder interrumpir la mezcla de su línea genética con la línea genética de la descartada como co-progenitora.

Obviamente, si hay un ser humano real en ese embrión es él y no su padre o su madre quien es propietario de la línea genética resultado de la mezcla de ambas líneas genéticas, la suya, que es única e irrepetible, pues incluso si fuera clonado la epigénetica determinaría su peculiaridad universal. Así pues, si ni la madre ni el padre pueden ser propietarios de la nueva línea genética, necesariamente ha de serlo el embrión mismo y al ser propietario ya es sujeto de derechos(*). Por esto, los hombres no tienen derecho a abortar, fundamentándolo a partir del derecho a la propiedad, pero tampoco las mujeres.

Los comunistas estamos a favor del derecho a abortar, -los comunistas no podemos reconocer el derecho a abortar sin caer en contradicciones disolventes, incluso fundamentado ese no derecho en circunstancias muy excepcionales, mucho menos si se lo fundamenta en la propiedad privada de un ser sobre otro y en el falso y nazifascista derecho a no cuidar -, pero en contra del aborto, y en contra del aborto, tanto más cuanto se lo intente presentar como sin motivo ni causa o legitimo por “causas económica” como sostiene la ultraderecha tecnomalthusiana. Por supuesto los comunistas no podemos ser favorables al aborto “social neomalthusiano” – esto es, la práctica de abortar embriones para erradicar sobrantes y eliminar “la pobreza”, o, también, por el bien de “la ecología” – o realizado, desde el derecho de propiedad, realizado para facilitar la busca de la movilidad social ascendente de las parejas o personas individuales, sean hombres o mujeres.

Lo que nos cuentan las juventudes liberales del Oeste de Suecia no es pues el derecho a abortar de los hombres, sino que es el, también fascista, “derecho” de los hombres a no cuidar. Esto es fascista, pues una vez se hacen padres los hombres no tienen ningún derecho a no cuidar de sus hijos, al igual que las mujeres o aún menos que las mujeres. En el mundo real que vivimos y padecemos defender tal medida equivale a promover el infanticidio y el aborto social provocado, puesto que muchas más mujeres, sobre todo proletarias, verían agravadas aún más las condiciones de su gestación. Y, otra vez, indefectiblemente encontraremos que en su inmensa mayoría serían mujeres proletarias. Por supuesto, los embriones de una clase concreta, el proletariado, serían descartados de la paternidad en muchas más ocasiones resultando así considerada la aspiración de los jóvenes liberales suecos al nuevo “derecho” muy poco casual…

La noticia de Rusia Today termina así:

La polémica iniciativa ha sido discutida por numerosos medios de comunicación del país. El canal SVT ha publicado en su sitio web un artículo que afirma que la propuesta del partido LUF Vast es insostenible, ya que contradice la Convención sobre los Derechos del Niño adoptada por la ONU.
“El niño tiene derecho, en la medida de lo posible, a saber quiénes son sus padres”, dice el 7.º artículo del documento. “El niño no debe ser separado de sus padres contra su voluntad, salvo cuando esto sea mejor para el niño. Los niños que no viven con ambos padres deben tener el derecho a reunirse con ambos con regularidad“, deja claro, por otro lado, el artículo número 9.”

Los hombres también tienen derecho”: Suecia busca legalizar el ‘aborto’ para hombres
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INFO GEHIO:
(*) Pero la negación de esa propiedad de su propia línea genética, que es lo que se niega una vez que no se reconoce como ser humano real al embrión mismo, sirve para la mercantilización salvaje del embrión, imponiéndole la inermidad y la impunidad de los saqueos criminales de sus células, como los que se están produciendo con los embriones abortados que ha denunciado la Dr. Theresa Deisher, destacada científica estadounidense que trabaja con células madre, horrorizada por las prácticas que los abortistas hacen con los embriones para obtener sus mercancias:

Genetic Research Scientist: Likely Some Aborted Babies Are ‘Alive Until Their Hearts Are Cut Out’

 

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