CONDICION INDISPENSABLE DE PAZ EN LA PENINSULA: EL RECONOCIMIENTO DE LA SOBERANIA NACIONAL DEL PUEBLO VASCO. Por Telesforo Monzon

Telesforo Monzon
Telesforo Monzon

Pubico hoy este importante documento, sorprendentemente vigente, del político, músico, escritor euskaldun e histórico lider vasco Telesforo Monzon. Podrá comprobar el lector no familiarizado con la causa democrática de liberación nacional vasca la frescura con que Telesforo Monzon aclara la cuestión de la soberanía nacional de Euskal Herria y del derecho de autodeterminación de las naciones, en relación con la paz, imposible en esta fase imperialista del capitalismo, en el mundo y en la Península Pirenaica. Solo cabe añadir, desde la perspectiva de la gran política de la clase obrera, el principio de igualdad de derechos de los pueblos, no reconocido por la Unión Imperialista Europea y sus Estados asociados, pero completamente estratégico en el nuevo proyecto socialista confederativo europeo que surgiŕa, en semilla o potente brote, de esta gran crisis del capitalismo de final de ciclo y del seno de nuestra clase, la clase obrera:

Voy a tratar de expresar lo más claramente posible la forma en que, a mi juicio, deberíamos actuar los patriotas vascos en el momento en que se nos abre una de las etapas más cargadas de consecuencias que haya conocido jamás la historia de nuestro pueblo.

Es un cruce de caminos el que se presenta ante nosotros, que lo mismo puede llevarnos a la liberación definitiva de nuestra patria, o conducirnos a un estado caótico de lucha y odio entre abertzales que prefiero no pensar siquiera hasta donde pudiera hacer llegar.

Para mí existe hoy, por consiguiente, un primer dogma en el que debemos creer, que es este; presentarnos los abertzales desunidos y en posiciones abiertamente opuestas en tales circunstancias, sería pura y simplemente un caso de suicidio nacional.

Y el peligro existe. Porque el Gobierno español va a seguir valiéndose de todos los medios y ocasiones posibles, como hasta ahora, para lograr que los patriotas vascos se sigan enfrentando entre sí. Y la ocasión, la táctica, ahora pudiera ser la siguiente: Abrir justo, justo, lo suficiente la puerta de la Constitución para que el PNV se creyera en la obligación de entrar por ella, dejando fuera a los demás partidos abertzales que juzguen lo contrario. Y provocando con ello, entre los propios patriotas, un odio a muerte que, en los actuales momentos, insisto, no sé hasta donde nos conduciría.

Yo no creo que la vocación de las organizaciones abertzales sea tan buena como para tenerse que presentar eternamente unidas de la mano y cantando en coro. Entre los abertzales existen diferencias profundísimas, filosóficas, políticas, sociales y hasta intereses totalmente opuestos que habrán de llevar a estas a enfrentarse entre sí más de una vez.

Pero es que la situación, en este momento, pudiera ser nacionalmente decisiva y es particular. Por que de lo que ahora se trata, lo que ahora nos jugamos, no es dar un tinte más o menos blanco, o rojo, o verde o amarillo a la futura Euskadi; sino la facultad para nuestro Pueblo de coger -¡Por fin!- la llave de casa en la mano, es decir, lo que se halla en juego, en este instante, es el reconocimiento o no de la soberanía de la nación vasca y su derecho a la autodeterminación. Es ahí donde se halla hoy para los abertzales de esta ideología el fondo de la cuestión y la razón suprema de su batalla, digo bien: hoy. Y en esa batalla nacionalmente fundamental, no se concibe que – volviendo la espalda a los ejemplos de otros pueblos- se presenten enfrentados entre si los patriotas.

¿Por qué? Pues sencillamente porque la primera obligación auténticamente revolucionaria, progresista y popular, en este momento, es luchar contra el imperialismo – del color que sea- que pretende evitar que nazcamos a Europa como nación.

Telesforo Monzon
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A QUIENES CONSIDERAMOS ABERTZALES

Digamos inmediatamente que cuando hablamos de acción concertada entre abertzales, no nos creemos ni por un momento autorizados para distribuir o recusar patentes de abertzalismo. Pero, con carácter general si insistiremos en decir que para nosotros son hoy abertzales, llámeseles o no por ese nombre, todos los vascos, nativos o inmigrantes, que, reconociendo a Euskadi como su patria recaban para ella la plenitud de soberanía y el ejercicio pleno de su derecho de autodeterminación.

Lo que ocurre es que una cosa es predicar y otra dar trigo. Y en este sentido no podemos decir que reclaman sinceramente para Euskadi el derecho de autodeterminación – por mucho que lo incluyan de un modo teórico, y como propaganda, en el escaparate de sus respectivos estatutos políticos, aquellos que, llegado el caso de interpretar- por ejemplo el Fuero vasco- expresión de nuestra plena y ancestral soberanía, pretenden hacer de él, futura Carta Magna Española, un vulgar e intrascendente apéndice- verdadera tomadura de pelo, como alguien lo ha dicho- sometido, atado y encadenado a la Constitución española en elaboración.

En este sentido, y lamentándolo sinceramente, porque hay recuerdos comunes que no se olvidan. Nos vemos en la obligación de incluir hoy en el mismo saco a AP, a la UCD, al PSOE y al PC. Porque a la hora decisiva del voto los cuatro han venido a decir lo mismo, “Reconocemos a todas las aves el derecho a volar libremente,… con tal de que el pájaro de casa no salga de la jaula que le estamos construyendo y en la que le vamos a encerrar.

No. Quede bien claro que a la hora de hablar de concertación entre los abertzales , nos referimos a todos aquellos, y únicamente aquellos, que proclaman sin paliativos: “Que los derechos del pájaro a volar libremente son anteriores y superiores a los de la jaula“. Y en cuanto a la lengua, ya estamos hartos de que al Kardantxolo de casa se le obligue , además de hallarse encerrado, a que aprenda a cantar como el canario del parque de enfrente. Porque la obligatoriedad de todo Kardantxolo es la de expresarse como Dios ha dicho que se expresen, y no solo con gargarismos como el señor, aunque la Constitución española así lo ordene. Porque ni la Constitución española ni ninguna otra Constitución del mundo, debe sentirse ni anterior ni superior a la Ley Natural.

Por eso, cuando oigo decir que los parlamentarios vascos van a presentar … !Más de treinta enmiendas! A la Constitución centralista española , me asusto un poco. Porque, a mi modo de ver, con una sola que proclamara para Euskadi su soberanía, sería suficiente. No hay que detenerse a recoger gotas de rocío en la heredad ajena, cuando a lo que se ha salido es a llenar el cántaro de agua en la fuente comunal.

Telesforo Monzon
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COMO DEBE NEGOCIARSE EL CONLFICTO VASCO

En primer lugar diré que lo de que “los vascos no somos españoles ni franceses” que vamos predicando de pueblo en pueblo y que nos hallamos totalmente decididos a repetir ante el juez si este se decide a pedirnos cuentas y llamarnos a declarar, no es una invención irresponsable nacida al calor de una improvisación. Esa Frase constituye, pura y simplemente, la base misma de nuestra filosofía política y – tanto para el jelkidismo como para el etismo- la razón de ser más profunda de toda una gloriosa gesta nacional. Y me refiero a los cientos de miles de abertzales de ayer y de hoy que, por haber creído precisamente en esa frase, le han venido dedicando su vida entera, su sangre, sus lágrimas y su libertad. Si esa frase encerraba una mentira, mucho ha hecho sufrir inútilmente a este pueblo quien primero la pronuncio. Pero si encierra, como encierra, para nosotros, una verdad profunda, ¿por qué no la tomamos en serio y la proclamamos y la aplicamos en todas sus consecuencias? ¡Si precisamente en esta frase radica toda nuestra fuerza!

Yo también fui diputado en Madrid. Por eso no volveré a serlo. Por que ya lo fui una vez. Y no olvidaré aquella terrible improvisación que quedo para siempre en mis oídos: “Pero bueno, ¿ son o no son españolas sus señorías? Si lo son, y se consideran demócratas -, ¿por qué no han de someterse como los demás a lo que acuerde la mayoría de los españoles, y si no lo son, quieren decirnos qué hacen aquí?”. Esa misma frase la tuvieron que oír antes que nosotros los defensores de los Fueros Vascos anteriores a Sabino Arana. Y esa misma frase- se pronuncie o no se pronuncie- se halla hoy en la conciencia de todos los diputados y senadores de las Cortes españolas. Por que si se tratara de una Constitución Confederal que partiera del derecho de todo pájaro a volar libremente, nuestra presencia allí tendría sentido, pero en unas cortes centralistas para quienes la única fuente de soberanía proviene de la jaula, nuestra participación en la forma de fabricarla no tiene razón de ser.

Por eso digo y repito que hay que negociar de pueblo a pueblo, de nación a nación, “buruz buru“, como diríamos en euskera. Y que someter nuestro caso nacional y nuestra soberanía foral a votaciones indiscriminadas en las que nos hayamos en proporción de inferioridad numérica ridícula, me parece totalmente improcedente.

Lejos de mi espíritu criticar a los parlamentarios abertzales cuyo patriotismo no pongo en duda y cuya tragedia de cada día comprendo por haberla yo mismo vivido en tardes históricas inolvidables junto a compañeros de minoría ilustres.

Lo que yo digo es que, si a pesar de los esfuerzos de los parlamentarios abertzales de todo color en las Cortes españolas actuales, la soberanía de Euskadi y el derecho de autodeterminación de nuestro pueblo no quedan rotundamente reconocidos, los diputados y senadores patriotas vascos, llegado el momento, deben levantarse todos a un tiempo de esos escaños y retirarse juntos de las Cortes.

¿Para qué retirarse? ¿Para hacer qué? Pues sencillamente – si fuera necesario y no hubiera otros medios de convencimiento- para dar comienzo, entre otros muchos medios de lucha, a la resistencia pasiva y a la desobediencia civil en Euskadi. Hasta llegar a negociar el problema vasco con la otra parte, frente a frente y en torno a una mesa, como han sabido y logrado negociar tantos otros pueblos que, habiendo acabado por obtener que esa soberanía fuera reconocida, hoy son libres… y cordialmente amigos y aliados de sus antiguos opresores.

Aparte de eso, sólo añadiré y repetiré: que la paz en la península pasa ya necesariamente por el reconocimiento de nuestra soberanía nacional y el derecho de nuestra patria a su autodeterminación.

Y que medidas dementes como la tomada sin reflexionar y en caliente, con el actual “Decreto Ley contra el terrorismo” en Euskadi (En Euskadi naturalmente) me parece un nuevo regalo – y no de los menos valiosos- hecho por el gobierno español a ETA y a la causa de la independencia del Pueblo vasco desde Hasparren hasta Tudela.

Por que creo tener idea… de que no es la primera vez… que medidas punitivas de este estilo… hayan sido aplicadas contra Euskal Herria… y el resultado…

Mi pregunta final es esta: ¿Es así como se pretende lograr que termine de una vez esta horrible e inhumana guerra de exterminio que el fascismo impuso a nuestro Pueblo hace cuarenta años, que tanta sangre ha costado y sigue costando estos mismos días de un lado y de otro, y que todavía no ha terminado?

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