Dorkap sueña mientras tilila el fuego,
abrazado en la noche densa,
recojido en la piedra,
mas tu silbas y silbas y silbas.
Ella, allí, atrapándome
como la zarza en la floresta,
como el ventarrón de espíritus
de lo alto de la sierra,
silbando, poseyéndome hasta destruirme,
¿dónde murieron los silbadores?
¿a qué rocas treparon?
¿qué senderos los engulleron?
Los niños ríen, y hablan y silban
pero yo ya muero,
pasarán el verano y el otoño,
y mientras muero y ella silba,
y los niños hablan y silban y cantan
hablo en sueños con Borkap;
Venid y recogerlos,
yo ya no estaré
solo en el mundo de los danzantes
se podrá hablar conmigo,
Borkap, venid y recogerlos.
Karlos Agustín García-Salmones Rovira