La clase media en el laberinto.

 

Vendrán con diccionarios y otras armas negras

Pablo Neruda

 
En las anteriores entregas (*) hemos visto cómo a medida que se desplegaba la III Revolución Industrial en base a la introducción de la microelectrónica y la informática la productividad y la composición orgánica media mundial del capital se elevaron. El capitalismo imperialista occidental basado en la propiedad privada desbordó al capitalismo de estado, con veleidades socialistas, de la URSC (Unión de Repúblicas Socialistas Consejistas), donde la burocracia burguesa terminó quitándose las ataduras socialistas y presionó como quinta columna de sí misma, incentivando el absentismo, para reestablecer el derecho de herencia y re-burguesizarse sin restricciones.
 
El resultado de estos cambios en el aparato productivo y en la lucha de clases internacional fue una tendencia internacional a la deflación de los salarios proletarios que desde entonces no ha hecho hecho otra cosa que profundizarse. Consecuencia de ello ha sido el constante abaratamiento del Trabajo Simple, poco cualificado, manual, que devino estructural, ensanchando las distancias relativas de los salarios de la clase media y los del proletariado durante toda una época. Pero el desenlace de este proceso, con la incomparable expansión estructural de la oferta de fuerza de trabajo en el mercado mundial y el despegue de la IV Revolución Industrial, está siendo la creciente desvalorización estructural también del Trabajo Potenciado, altamente cualificado, especializado, intelectual, en la hoguera de la maximización internacional de la concurrencia de toda la oferta de fuerza de trabajo.
 
Y este desarrollo objetivo pone en crisis de existencia a la clase media y a la fuerza político-ideológica que la representa, la socialdemocracia, que se ve laminada por sus dos flancos de integración popular y ve percutirse en su arena exterior inmediata potentes movimientos políticos neorreformistas de re-institucionalización, tanto de tipo progresista-aperturista (Podemos-Syriza) como de tipo conservador-proteccionista (Le Pen-Trump), aunque siempre aferrados a la vieja cosmovisión y sentido común clasemedianistas, y a la subordinación no explicitada respecto a las burguesías monopolistas (1).
 

La crisis de la fracción reinante de la clase media.

Ramon Espinar
 
Un importante episodio de esta crisis de desintegración cuando no de existencia de la clase media lo hemos visto recientemente en la disputa política partitocrática en el estado español.
Alrededor de la candidatura de Ramón Espinar a Secretario General de Podemos Madrid ha habido una fuerte polémica durante estas semanas al rebufo de la lucha en curso entre las viejas y nuevas élites que bregan por constituirse como fracción reinante de la clase media en la socialdemocracia española, unos para retenerla como está otros para regenerarla a su medida.
A impulso de la burguesía monopolista y los poderes fácticos europeos y españoles, con el diario El País al frente, la vieja guardia de la anterior fracción reinante de la clase media española defenestró a Pedro Sánchez como Secretario General del PSOE, invalidando así al PSOE como espacio de surgimiento de la nueva élite emergente, candidata a ser fracción reinante de la clase media española.
Inmediatamente, tras dar ese golpe, la vieja élite socialdemócrata se giró a golpear hacia el otro ala de la élite aspirante a ser nueva fracción reinante de la clase media española, nucleada en Podemos, desatando quirúrgicamente un escándalo mediático sobre la ética política del Senador Ramón Espinar, flamante candidato a Secretario General de Podemos en Madrid, respecto a la compra-venta de un piso en la ciudad de Alcobendas, en Madrid.
La victoria de Ramón Espinar como candidato a Secretario General de Podemos en Madrid es, pues, en términos de lucha de clases, un acontecimiento importante. Tácticamente, porque ha constituido una victoria de la nueva élite socialdemócrata neorreformista española hoy emergente sobre la vieja guardia socialdemócrata española y los poderes fácticos que le apoyaban, puesto que las bases podemistas han demostrado ser refractarias a esas poderosas influencias. Pero también estratégicamente en lo que respecta al proletariado de las naciones ibéricas, porque esas mismas bases han mostrado las líneas maestras de su accionar de clase media ante el proletariado en lo venidero.
 

La negación de la universalización socialista de la producción.

Créditos: Patologíasconstrucción.net
Créditos: Patologíasconstrucción.net

Ramón Espinar, en el medio de la batalla con la vieja guardia socialdemócrata, mientras se defendía denunciando el Saqueo que es la privatización de miles de viviendas públicas a favor de un fondo de inversión internacional, echando a numerosas familias a la calle, sostuvo que va a defender el Modelo Público de Vivienda. No hay que dudar de que esto sea cierto, pero el problema consiste en que en su misma peripecia en la compra-venta de su piso, que era el asunto del provocador escándalo mediático, quedó evidenciado qué significa exactamente la noción Modelo Público de Vivienda para la clase media.
Lo que le afeaba a Espinar la vieja burguesía mediana abiertamente imperialista es la supuesta o real ganancia de 20.000 euros obtenida por él en la compra-venta de su piso de promoción pública, pero en todo momento ha pasado muy rápido sobre la grave cuestión del por qué se encontraba en una lista especial de acceso preferencial a la titularidad de las viviendas públicas puestas en venta. Pero esto es crucial.
Habiendo 2000 solicitantes para 103 viviendas resultaba que el 15% de ellas quedaban reservadas a priori para esos seres especiales que disfrutan de acceso preferencial en las listas confeccionadas para asignar viviendas públicas, al más puro estilo del Régimen de Clase Media instaurado en 1978. Solo ocurre que el debate proletario estriba en que es posible que, sino todos, cerca del 100% de los solicitantes a esas viviendas públicas fueran enchufados, como es normal en estos casos en el Régimen de Clase Media de 1978, por lo que Espinar resulta que era un enchufado VIP.
En todo momento, este problema de la des-universalización de los bienes y servicios públicos estatales, típico de la jerarquización capitalista que forma el Duopolio Clase Media/Burguesía Monopolista, ha sido eludido durante el escándalo mediático, evitando ambos bandos en liza profundizar sobre su significado de clase.
Personalmente, pienso que es este: Premiar con la elección al enchufado VIP con ser su Secretario General cómo han hecho las bases militantes de Podemos Madrid, (lo que, a pesar de las apariencias, – y por muy tendenciosa que fuera la campaña en su contra, pues también es tendencioso desconocer la gravedad de dar un espaldarazo al enchufismo VIP o no VIP -,) constituye una negación de la universalización de la vivienda a toda la población, a la vez que la afirmación política de la ventajista garantía de privilegio de vivienda restringido para los aliados en el estatus de clase media. Este es el sentido profundo de clase de la elección de Espinar respecto al proletariado; la defensa del estatus de clase media y por tanto la negación de la universalizacion socialista de la producción.
 

El acuerdo por la protección del Salario Indirecto Oculto de la clase media.

la-falta-de-enchufes
Sabemos que la clase media, por su posición en el aparato productivo, no defiende únicamente su posición social relativa sino específicamente su estatus. Digo clase porque estoy revisando mis posiciones de consideración de la clase media como un invento ideológico, una vez que se manifiesta en los hechos políticos como una clase real, aunque no fundamental. Y señalo que estatus aquí es posición social relativa reconocida por la burguesía monopolista como sector social no proletarizable. La defensa de ese estatus es, pues, el verdadero programa de Podemos en el marco histórico de la crisis estructural del capitalismo.
En los hechos, el proletariado se encuentra situado en una pinza entre el Saqueo con redes pelágicas que impulsa la burguesía monopolista internacionalizada con su herramienta estrella del deshaucio, y el Rapiñeo de la nube de pirañas de la clase media y sus élites, constituida como clase real no fundamental. Esto, con toda su negación de la vivienda proletaria, también lo hemos visto en Euskal Herria por parte de la coalición por el cambio, – no de la política burguesa de vivienda como se ha comprobado – de clase media, en el feo asunto del desalojo del Gaztetxe de Iruñea. En esta situación, se nos dice que hemos de elegir inexorablemente y con urgencia entre las redes pelágicas y la nube de pirañas, entre el Saqueo y el Pirañeo, si o si. Pero resulta que normalmente vienen combinados en el mismo paquete que no se puede rechazar.
A un lado el aumento de la desposesión y del ataque al Salario General, puesto ademas en deflación estructural; A otro lado, la jerarquía del enchufe rígidamente controlada y desarrollada por élites de clase media con bases militantes bien organizadas, que secuestra la distribución de la riqueza y los valores de uso restantes, en paralelo al Saqueo monopolista burgués, y la des-universaliza de manera taimada.
La categoría fundamental a examinar en este pacto político no evidenciado en curso es Salario Indirecto Oculto. Es este salario indirecto oculto lo que explica el por qué el bloque social de clase media que apoyaba a Syriza no la vació tras el hachazo al proletariado griego que significó el incumplimiento de la voluntad popular expresada en el referéndum sobre el memorándum de la Troika y lo que explica el viento en popa de Podemos. La burguesía monopolista, y todo su bloque social de apoyo directo, reconoce el Duopolio formal Burguesía/Clase Media aunque con la clase media subordinada, como clase de apoyo indirecto, y no cesa en su ataque al proletariado y a los salarios por ello, pero mitiga la presión sobre la clase media reconociendo una legitimidad del Salario Indirecto Oculto, lo que involucra como beneficiarios no al 1% contra el 99· como sostenía Occupy Wall Street, sino a docenas de millones de personas en proporciones del 40 o 50% de la población frente al resto, fundamentalmente el proletariado. Un verdadero Estado de Bienestar Oculto por el cual hay que descatalogar a la revolución socialista y al marxismo, haciendo desaparecer políticamente al proletariado allá donde se encuentre. Este es el acuerdo en curso.
Cabe concluir, pues, que el Salario Indirecto Oculto estabiliza las quiebras actuales del Duopolio político Burguesía-Clase Media, originalmente establecido en la Revolución Alemana de Clase Media y que, en último análisis, costó la vida a la espartaquista Rosa Luxemburgo a manos de los Freikorps socialdemócratas de clase media, durante la emergencia política de la clase media europea tras una larga lucha teórica contra el proletariado al interior del SPD (2). Y digo que estabiliza porque tanto la vieja élite socialdemócrata, como la burguesía abiertamente pro monopolista y la nueva élite reinante socialdemócrata, con sus bases refrendándolo, como hemos visto, han coincidido en proteger ese Salario Indirecto Oculto en el medio de su pelea. Esto, insisto, expresa la existencia de un primer acuerdo político de fondo, no explicito, incluso inconsciente, entre la burguesía monopolista y las fracciones de clase media en liza por ser fracciones reinantes en su clase.
Este acuerdo político de fondo no puede, sin embargo, funcionar.
En realidad, el conjunto del régimen capitalista se encuentra ante la cruda imposibilidad de contrarrestar eficaz y sostenidamente la tendencia decreciente de la tasa de ganancia. A duras penas logra postergar, hasta que más le convenga, el estallido de una dura crisis financiera internacional y las muy serias nuevas desarticulaciones severas de la acumulación de capital próximas y venideras. No hay pues que tener ninguna bola de cristal para entender que la posibilidad real de sostenimiento del actual nivel de Salario Indirecto Oculto de la clase media por parte del sistema está llegando a su fin, y no solo del salario proletario en cualquiera de sus formas.
En esencia, la socialdemocracia está en colapso y la clase media tal y como la hemos conocido está en crisis de desintegración, cuando no de existencia, buscando ansiosamente generar una socialdemocracia alternativa o neorreformismo, porque el capital no puede mantener la posición social relativa de las amplias masas que durante siete décadas la han constituido en los centros capitalistas. La mengua de la influencia política sobre el proletariado por parte de la aristocracia obrera, que deviene incapaz de reproducirse como fracción de clase reinante cooptadora del mainstream del proletariado, es ya imparable, y en este proceso puede entreverse la causa inmediata interior de la explosión de luchas políticas internas a la socialdemocracia por constituirse en fracción reinante de la clase media.
 

El estatus de clase media esencialmente como diferenciación jerárquica ante el proletariado.

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Motorizada por el próximo cambio desfavorable en los flujos internacionales de plusvalía que se cierne sobre toda Europa, alimentada por las consecuencias de la larga crisis de sub-reproducción social del proletariado, especialmente intensa en la ancha periferia de la clase media, acelerada por el fin del recurso al aumento de la deuda pública y privada, y complicada por la tendencia a la desconciliación nacional-estatalista de centros de acumulación de capital (Madrid/Catalunya), la espiral de crisis política de la clase media en el estado español viene a profundizarse. Y esto implica que entramos en palabras mayores.
 
Ese mundo de chocolate, al que le dolía la cabeza al escuchar nociones como revolución socialista mundial, proletariado, marxismo, o directamente se burlaba de ellas, hoy se encuentra con la urgencia de intentar alinear consigo de forma subordinada al proletariado para poder reconstituir su propio poder de clase, su histórico estatus político duopólico compartido de forma subordinada con la burguesía monopolista. Pero como hemos visto con la elección de Trump como presidente de los EEUU, y el ascenso de Le Pen, a determinado punto el proletariado reclutado con falsa consciencia de clase media pasa a exigir como la verdadera clase media reconocimiento de estatus directamente como diferenciación jerárquica respecto al proletariado evidente, como emigrantes, superexplotados y sobrepoblación relativa, cuando constata que no consigue reconstituir su anterior poder o seudopoder de clase o participación en él. Es pues todo el bloque socialimperialista el que entra en descomposición y proceso de fascistización mientras se desintegra la clase media, proceso cuyas primeras formas se expresan como nacionalismo, proteccionismo, rechazo al proletariado evidente y auge de la competencia interclasemedianista por los cargos y empleos de la socialdemocracia en descomposición. Y la clase media, en crisis de desintegración, entra en su laberinto.
 
K.A.García-Salmones
Euskal Herrian, 13-11-2016
 


(*) El colapso de la socialdemocracia y el neorreformismo europeos en Grecia.

 

(1)] La expulsión del proletariado.

(2)] La reestructuración de la explotación en Europa y su oposición histórica.

(3) La contradicción emergente entre el proletariado y los Estatus Intermedios

 

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NOTAS

(1) Aris Chatzistefanou: “Tsipras fue una bendición para la Unión Europea”

(2) Cuando Bernstein asaltó la “ortodoxia” marxista. Por Marc Mulholland

 

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