Un balón de plástico flota en el muelle,
entre los escombros por donde corren las ratas,
multicolor, allá abajo,
el ciélo blanco espera.
No hay hijo, no hay padre.
Solo un ser tan oscuro como la soledad
soportaría venir aquí a merodear
sin salir gritando: Oh amor, oh hijo, oh padre
¡cómo puedes soportar esta devastación?
Los montes se agazapan y esconden sus lágrimas
ante un paisaje tan desolador,
la línea de la carretera huye
y huye y huye enloquecedoramente
pero las zarzas crecen
pensando en el verano.
El salitre subirá curando
el dolor de los ojos, las nuevas heridas
sumergidas por el yodo serán descontadas
de la vida como truenos pasados.
Y un barco vendrá.
Del Poemario:RUINAS MODERNAS