(Versión 1) LA ESENCIA DE LA ROBOTIZACIÓN SOCIAL: La capitalización masiva de la inteligencia artificial aumenta la explotación.

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1 de marzo de 2018 18:42

Una vez son liberadas las herramientas de producción de inteligencia artificial de mediana complejidad a las masas de productores ávidos de supervivencia y actividad salvífica, pero flamantes candidatos a ser llamados ‘ científicos de datos ‘, nos encontraremos carpinterías de inteligencia artificial difundiéndose de arriba a abajo y del centro a la periferia en las grandes regiones centrales de la acumulación de capital, hasta en la sopa, hasta llegar quizá en menos de dos décadas al más pequeño barrio del último rincón del planeta.

Deslomados en la informatización, y llamados ahora a echar la befa en la robotización

Perceptrón: Concepto de maquinizacion interna para una neurona artificial imitada de una neurona  humana, la unidad de la ciencia de la inteligencia artificial equivalente al byte en la informática.

     Por supuesto, puede acaecer un incremento considerable de las utilidades y la productividad particulares y generales medias mundiales motivado por el acelerado proceso de socialización de las tecnologías de inteligencia artificial, al elevar estas incomparablemente el desarrollo de las fuerzas productivas, incluso en cuestión de una década, – es más, lo raro sería que no sucediera -, pero ya conocemos cómo va a ser el reparto de esas riquezas: concentrado en la burguesía y los sectores de la clase media reestructurada, mientras que las tasas de explotación y marginación en el proletariado habrán aumentado, quién sabe si al 20 o al 30% de media o más, sobre los dos tercios de población que no forman en la burguesía ni en su cinturón social de apoyo. Hablamos de 6.000 millones de personas, aunque en las regiones centrales de la acumulación de capital, con alta composición orgánica media del capital fijo instalado (incluidas las ciudades como ciudades), solo seamos entre un tercio y la mitad de la población.

La integración de inmensas fuerzas productivas de las tecnologías de la inteligencia artificial en toda la vida social puede explayarse mundialmente en cuestión de una década

     Anteriormente, en la fase de la informatización, hemos visto el aumento de la explotación a través de las más intrincadas técnicas de saqueo, marginación y sorda coerción: Desde las encerronas colectivas tipo ‘la primera ronda es gratis’ a las clásicas rondas de desfuncionalización pero no abaratamiento en los sistemas operativos y el software de las aplicaciones, con la guinda de las trampas más que frecuentes de Obsolescencia Programada en el fraude universal de los artilugios telemáticos de bajo o alto coste (impresoras, discos externos, escáneres, mp3s, este servicio digital, aquel software libre o ese otro comercial, etcétera, etcetera, etcetera). Hemos visto también, desde las socializaciones artesanales bien intencionadas de La Web 1.0 a los precios monopólicos y oligopolícos abusivos por el uso de las infraestructuras digitales delineados por las falanges reinantes de corporaciones tecnológicas ansiosas por repartirse el pastel; nosotros. Y hemos terminado por ver cómo por el embudo gigantesco surgido de la transformación desde unos pocos de miles de webs iniciales de esa Web 1.0 se terminaba componiendo un maquinarial digital global interconectado de miles de millones de webs que forma una verdadera Red de Amplitud Mundial, Internet, hace solo 20 años apenas existente.

     Finalmente, hoy sabemos que semejante coloso se ha convertido en el epicentro de la imposición, incremento, producción y extracción de la Renta del Planeta, por la vía del control del software y el dominio de los Infoductos de información y los grandes centros de alojamiento y trasmision de datos, los Data Centers.

    Así pues, todo este recorrido ha servido para llegar a transformarse la informatización y la digitalización social globales en un gigantesco Mercado Mundial de la Información, tal y como proponía-proyectaba reduccionistamente Michael Dertouzos, dividido entre compradores solventes y websiervos de latifundios informacionales globales o regionales, con sus escuadrones de trackers o rastreadores y la ciénaga expansiva de estímulos mercantilizadores ya ominipresentes, dentro de un proceso en el que la tasa de explotación y marginación ha aumentado sincrónicamente de una manera incomparable; no podemos esperar de los procesos de robotización social y producción en masa de inteligencia artificial actualmente emergentes sino más de lo mismo.


       La tecnología de las redes neuronales (artificiales) que ahora se está masificando y difundiendo a cada nódulo de cada formación social del Planeta, con la eclosión del Machine Learning (enseñanza neuronal a las máquinas) y el Deep Learning (enseñanza neuronal profunda a las maquinas), [más que “aprendizaje de” las máquinas “enseñanza a” las máquinas, esto es… integración simple pero crecientemente compleja de habilidades humanas de simples a complejas a las máquinas, integración masiva en condiciones capitalistas y echando la befa, y, a la vez, integración profunda de actitudes conductuales automatizadas a los humanos] es la base material para el nuevo cambio de piel del capitalismo en acelerado desarrollo sobre la capa informacional. Podemos hablar ciertamente de IV Revolución Industrial.

     Esta masificación de la tecnología de las redes neuronales está en ciernes de producirse tras la  liberación para el uso del productor medio del otrora inalcanzable lote de infoherramientas de los ya hoy magnates tecnociéntificos. Convertido hoy en conocimiento estandarizado, estos algoritmos de producción de inteligencia artificial son ya asequibles al manejo de cualquier productor medio. Entramos en la fase de robotización social inicial y decididamente en la IV Revolución Industrial.

     La robotización social es un proceso de expansión del capitalismo, un proceso de capitalización de la inteligencia artificial producida y de su producción, aunque desconocemos si semejante expansión garantizará la reproducción ampliada de capitales o no. En este punto, los productores y consumidores proletarios, aunque no únicamente, nos vemos forzados a programar inteligencias artificiales que nos roboticen a nosotros mismos.

     Mas no solo eso. La robotización social precisa del adiestramiento, prestigiado y disciplinamiento, sobre todo ideológico, de las masas de productores que circulamos por el mercado ingenuos de lo que se nos viene encima para que aceptemos de buena gana la nueva vuelta de tuerca en la explotación  y la marginación. Muchos es posible que salgan adelante en la selva postoyotista gracias a su nuevo puesto en la producción de inteligencia artificial a manta, pero la mayoría lo que vamos a conocer es no otra cosa que más explotación, cuando no la marginación del paro, cuando el capital concentrado se lance a concentrar la demanda y la oferta de inteligencia artificial y a vallar el campo como es su técnica habitual.


El Fetichismo Tecnólogico de la robotización, imagen invertida de la realidad social

      La esencia de la robotización no es tener la posibilidad de enseñar a la máquina de café a tomar decisiones sobre su actividad en su contexto, por medio de inculcarle capacidades mentales imitadas de los seres humanos, hasta hacerlo en la mayoría de las máquinas de café, cepillos de dientes, farolas, lámparas, conjuntos domesticos, calles, carreteras, frigoríficos, o a completos tecnoambientes de empresas, organizaciones sociales e instituciones públicas, la esencia de la robotización es el aumento de explotación. 

      Lo que está detrás de esta epifanía pro robotización dirigida por los archicharlatanes denominados “gurus” que estamos padeciendo, es que después y a un lado del fetichismo tecnológico incluso puede ocurrir que millones o docenas de millones de personas van a hacerse millonarios… pero, desgraciadamente, de nuevo será a costa de producir empobrecidos a mansalva puesto que las ganancias no surgen de los maravillosos tokens de colores del casino de las criptomonedas como nos están contando, sino del trabajo alienado de las masas proletarias igual hoy que hace dos siglos.

     Dado que una parte del trabajo alienado procede del pasado, por soltar valor las infraestructuras y medios de producción antiguos en cada acto productivo actual, parece que el valor surge de la nada, pero esto es falso, procede del trabajo alienado al proletariado en forma de masa de plusproducto concretándose a cada momento en vivo que se apodera la burguesía y su cinturón social de apoyo, esté ésta con una estilográfica en la mano o dictando una conferencia repleta de neologismos a un chatbot en un Mac.

     Lo que nos espera es la producción de inteligencia artificial, de forma explotada y hasta echar la befa, siempre en precario unos, aunque otros, normalmente hijos, primos o hermanos del éxito, en acomodada subvención, finjan no enterarse de esto engolándose en un discurso de liberación por medio de la posesión de plataformas digitales y acceso a las “redes sociales” (!!!). Esta situación necesita de mentalidades que prioricen no el desarrollo de las fuerzas productivas hacia su socialización, y el esfuerzo humano mancomunado hacia ello, sino la difusión masiva de Fetichismo Tecnológico (de la mercancía) siguiendo la agenda marcada de apropiación ventajista de las riquezas colectivas sociales surgidas del nuevo desarrollo de las fuerzas productivas.

     surge la lógica desgana ludita y curada de espantos de tortillas de progreso y explotación, por el conocimiento, este si, de cómo se las gastan la clase dominante y sus ad lateres

      Sin embargo, como los beneficios en utilidades a medio plazo son evidentes, a medida que es decididamente desplegada la Tecnoesfera – de la misma manera y a la misma velocidad con que antes surgieron como champiñones de pequeños pueblos numerosas, inmensas y complejas ciudades -, surge la lógica desgana ludita y curada de espantos de tortillas de progreso y explotación, por el conocimiento, este si, de cómo se las gastan la clase dominante y sus ad lateres. El Fetichismo Tecnológico y la Religión Científica vienen a cubrir con su particular hierofania el hueco entre legitimo deseo ilusionado y borrosa memoria de la frustración. Luego vienen miles de millones de horas de trabajo ( y de paro vital) produciendo inteligencia artificial, y al final otra vuelta de tuerca de empobrecimiento colectivo, eso si, con formas novedosas y a la moda cool del momento.

        Pero eso no es todo. La inversión de la realidad se produce cuando un productor robotizado/robotizador medio ni está ni puede estar orgulloso de su producción, y realmente estaría loco si lo estuviera, pero es incluso más extraño que sí esté orgulloso de su medio de producción tecnológico que, invariablemente, es no solo un fenomenal sacaperras del capital sino también el medio mismo de explotación. Como su producción para el mercado es el mismo, el acto de someterse al objeto de trabajo, que es propiedad del capital, es el acto de someterse al capital, y semejante relación social de producción es muy lógico que sea promovida y alabada por el capital y su bloque social de apoyo. ¿Cuánto costará la inteligencia artificial de cada cual, qué estatus otorgará, será simple, premiun o deep?


El capital ha vuelto a poner el desarrollo de las fuerzas productivas a su favor

El Robotizador Robotizado

      En los dos siglos ya en popa histórica en que se desarrollaron los cuatro modelos anteriores de acumulación de capital anteriores en Euskal Herria, ha quedado constatado como primero los productores, ya limpitos de pequeñas propiedades productivas y sin armas en las manos, por “reaccionarios”, eran concentrados en negocios industriales para hacer surgir enormes fabricas y núcleos industriales aunados en economías de escala hasta entonces increíbles, pasando luego las siguientes generaciones a crear sobre esa base industrial un sistema urbano de en torno a tres millones de personas, cuando la ciudad más grande del País en el siglo XIX, Bilbao, solo tenía 10.000 habitantes. A continuación de estas hazañas que por sus resultados podrían calificarse del triunfo de la piramidología, seguimos dos generaciones a construir la Internet, la ciudad digital de las multitudes mundiales, pero resulta que, no contentos con ello, ahora llega el momento de explotar a las siguientes generaciones en el nuevo El Dorado de la creación de la Tecnoesfera por medio del desarrollo de una nueva capa espesa y masiva de robotización social. Es maravilloso, de las poéticas cascadas de cables enmarañados al registro wifi de todo dato en todo lugar, ponderación automática de su contenido  y reacción orientada a engrasar la circulación y la acumulación, que generación tras generación emplea siempre la misma zanahoria, aunque no el mismo palo. Así que ya sabemos cuál es la siguiente pirámide que nos toca hacer. ¡Tendrá que ser así! ¡digo yo!


Producción de inteligencia artificial, una tecnología madura para su masificación

      Como la tecnología en que se basan las redes neuronales, – que ya tiene 75 años desde su invención y 45 desde que empezó su eclosión para ser base de desarrollo de varios de los gigantescos latifundios globales de datos -, imita el funcionamiento decisitorio humano podemos denominarla ciertamente ‘producción y uso de inteligencia artificial’, es decir, de inteligencia humana artificial. Por esto mismo, debemos denominar también mejor robotización que automatización, sin olvidar que la automatización es el método pero recordando que la robótica es la automática que imita al ser humano.

La robótica es la automática que imita al ser humano

     Como resulta que la capa social robotizada subsume a la capa social informatizada anterior, revalorizando todo el capital fijo instalado en las capas inferiores, – ora humano, ora inerte, ora natural -, tenemos ante nuestros ojos un mercado de robotización social inmenso en formación. Pero claro, el precio de esa automatización a realizar con sistemas imitados del cerebro humano es también robotizar, – en este plano de una manera “social” e inversamente proporcional a la robotización previa de las cosas -, a la población, al automatizarla con las millones de toneladas de inteligencia artificial que nos sumerje como en una elevación imparable y sostenida del nivel del mar.

     El fetichismo tecnológico no sale, pues, de la nada, sale de las experiencias anteriores del capital en prepararnos para ser merendados en sucesivas ola de desarrollo de las fuerza productivas, por medio precisamente de cantos Homéricos a la épica de esas fuerzas, y ahi los Elon Musk, Sam Coosman o Jack Ma. Lo realmente grave no es que nos atropelle esta epopeya estética del Zeitweist (Espíritu de la Época) actual, pues, por supuesto, es lógico y normal, lo realmente grave es que después de haber bregado a los Bill Gates, Jeff Bezos y Steve Jobs, entreguemos la cartera abandonándonos a su admisión acrítica hasta el punto de dejarnos empujar al estruje que nos espera en la larga y dura fase de producción de la capa de millones de toneladas de terabytes de inteligencia artificial, sin mayúsculas, que se nos viene encima.

¿Dónde están los medios de flotación durante robotización para las masas proletarias mundiales?

     Ojo, cuando la marea sube solo los que tienen medios de flotación pueden sobrevivir. He aquí la pregunta del millón: ¿Dónde están los medios de flotación para las masas proletarias mundiales, no solo en términos de valor de cambio sino directamente en instrumentos de control del medio ambiente robotizado a que se nos aboca a vivir? Antonio Martinez, ex CEO de Facebook, parece que lo tiene claro.

     Aprovechando las inmensas estructuras telemáticas, la fuerza productiva de software y la combinación de móviles, aparatos recreativos de todo tipo, las tecnologías informáticas emergentes de voz, el hecho de que las tarjetas GPU para el procesado gráfico están masificadas a causa de la demanda de los espectaculares y caros videojuegos y, mas recientemente, de la demanda de los candidatos a millonarios minando  criptomonedas, Google provecha para liberar las herramientas de producción de inteligencia artificial, Tensor Flow, y Facebook su Pytorch, que les entronizaron como vanguardias del desarrollo de las fuerzas productivas en la fase anterior y les pusieron a la cabeza de la competencia internacional por los mercados. De hecho a la robotización social podría denominársele, como se hizo en su día con el toyotismo y el Kaizen y el fordismo-taylorismo y la cadena de montaje, googlismo, o google-feisbukismo.


La Cadena de Bloques; el supositorio que nos faltaba

     Pero, a la vez, los capitales riesgo se están lanzando masivamente no solo a posicionarse para echar mano de las jugosas tajadas prometidas en la robotización social y en el despliegue en inundación de sistemas y medios de producción de inteligencia artificial, y de inteligencia artificial ya empaquetada y lista para ser comercializada, sino también a promover el desarrollo del Blockchain, la Cadena de Bloques (de Garantías Encriptadas), nada inocentemente.

     A medida que la robotización y la totalización biogeográfica de la Tecnoesfera avanzan en su despliegue, el  Blockchain, el registro de las comunicaciones entre artefactos involucrados en procesos de intercambio y los asientos de datos securitizados de sus garantias mutuas (como Ethereum) en libros de transacciones dispersos y mutualizados en un gran libro general, la masa de objetos de trabajo, como información y datos, se hace inmanejable… excepto, claro está, por los actuales o nuevos consorcios tecnológicos que sean capaces de captarla, procesarla, organizarla y almacenarla con herramientas de inteligencia artificial de alto nivel sobre centros de datos con hardware con capacidad de millones de terabytes de memoria, rutinariamente. Y esto señores involucra hardware fuera del alcance del productor y consumidor, lo que en medio de las pláticas anarcocapitalistas sobre la sustitución del estado por el blockchain no sale nunca a relucir.

A medida que la robotización y la totalización biogeográfica de la Tecnoesfera avanzan la masa de objetos de trabajo, como información y datos, se hace inmanejable

     El festival de confusión se incrementa cuando se nos dice que las criptomonedas son la panacea del mundo mundial sin alertarnos del sentido de la jugada del Blokchain, un complemento necesario, especialmente para mantener el capital su control sobre todo el proceso, derivado de la robotización social y la masa de recursos que van a necesitar sus redes neuronales de cualquier tamaño, complejidad y refinamiento y su epidémicamente expansivo y bastante tendente a ser policiaco Internet de las Cosas, IoT.

     Esta cortina de humo, con el glamour literario de los nuevos millonarios salidos del Bitcoin, y la ensalada del mito cibernético del tal Satosi Nakamoto, o algo así, y la narrativa del joven héroe científico Vitali Buterin, quinceañero fundador de Ethereum, con alguna ayudita, no únicamente tapa la funcionalidad del Blockchain a la robotización social de nuestros riñones, también nos oculta la crisis de sobreproducción y cómo el despliegue de la red de cadenas de bloques (o blockchaines) pre-enruta la salida del próximo eventual estallido de la “crisis de sobreproducción de capitales” (esto es, en su otra cara, de la nueva lucha “ofensiva del capital por mantener su ganancia, su rentabilidad y la explotación”) a la vez que genera la nueva burbuja global de capitales sobreacumulados, con tironeos políticos y geopolíticos de diversión, que el mismo capital está produciendo y, a la vez, dando alivio en su circuito ferial de las criptomonedas. Este es el sempiterno manido regueton que se sugiere que precede a la escalada anunciadora de la anhelada Reproducción Mundial Ampliada de Capitales, pero en formato 2018, Calle Robotización Social, piso tercero a la derecha.

La sobreacumulación de capitales lanzados a salvarse como capital ficticio en las criptomonedas puede determinar el cuándo y el cómo del siguiente estallido mundial de la acumulación

      Asi que la tendencia del capital hacia el despliegue de la red de cadenas de bloques o blockchaines no  proviene únicamente de la presión estructural que ejerce la tendencia decreciente de la tasa de ganancias, – que esto también y muy relevantemente, tanto que incluso la sobreacumulación de capitales lanzados a salvarse del abarrotamiento de capitales a las criptomonedas como capital ficticio ya desbordado, puede determinar el cuándo y el cómo del siguiente estallido mundial de la acumulación y el consiguiente toque de corneta al capital social general para elevar la rentabilidad y la explotación -, proviene también del hecho de que varios de los negocios y posiciones que están tomando los capitales pequeños, medianos y concentrados en la Red de Cadenas de Bloques objetivamente están orientados a condicionar desde la base la robotización social, apropiándose del control de la capa criptográfica automatizada sobre la masiva, y extensa hasta la saturación, que va a ser la capa de la inteligencia artificial, la capa de robotización social, a su vez creciendo a partir de la capa informatizada. Toman así, otra vez, el capital, la burguesía y su bloque social de apoyo la posición dominante en la gran construcción social, o robotización social, que viene con el desarrollo de la Tecnoesfera y su globalización.


Fraudes del Farwest Socio-Tecnológico y Paroxismo del Homo Datificador

Homo Datificator

     Puede preverse que primero se ha mantenido, y hasta se mantendrá un tiempo más, la desregulación de la Cadena de Bloques, – no por casualidad -, siendo esa desregulación el Farwest Socio-Tecnológico temporal fingido, típico necesario espejismo de libertad para atraer al ingenio y succionar la creatividad, con el canto de sirenas del I+D+i, (Innovación, Desarrollo e Información, muchas veces simplemente el alias amigable de “jugosas subvenciones”) y un circo de falsos hackers, arenas movedizas de malware, viruses y litle brothers varios entre frondosas enredaderas de trackers que brotan como huevos de aliens allá donde se pise o teclee, como tramoya de ocultación de la obra principal. Pero esta desregulación parece que se mantendrá a corto plazo más que a medio, doquiera convenga, para a continuación comenzar a caer la regulación por medio de la forma estado supermegademocrático como método especifico de entrada en liza para fortalecer el control del capital sobre el proletariado, especialmente, y, acto seguido, sobre el conjunto de los productores, con su apabullante sistema publiprivado de explotación, control y disciplinamiento, que nos lanzará encima el voto electrónico, para consolarnos, avalado por alguna simpatica cadena de bloques adhoc de nombre simpatico como la robotita de Toyota que bromea sobre sus novietes.

     En esta situación, queda claro que no podemos impedir la formación de la capa de inteligencia artificial o robotización sobre la capa informatizada a costa de nuestro pellejo, del mismo modo que no pudimos eludir nuestra reducción estructural a ser continuos Homos Datificaturs, esforzados esclavos ante el tubo ( y producción significa “delante del tubo”) de la minería de datos, sus minas Big Data, ante los infoductos de los latifundios globales de datos, – que permite ahora masivamente la inyección y producción fuera de control proletario, todavía, de inteligencia artificial en las relaciones sociales de producción, reproducción y existencia -, pero debemos intentar navegar en este proceso con mentalidad crítica y sana resistencia y oposición a la explotación y la marginación, cómo mínimo, que se nos cuela de matute durante el despliegue de la Tecnoesfera inteligentemente humanizada a todo lo social y bajo control del capital, el heroe tecnológico-financiero que va a salvar al universo, desarrollando las fuerzas y, para no variar, incrementado la tasa de explotación. Eso si, con la biotecnología para abaratar nuestros costes reproductivos, la biomedicina del anti aging para seducirnos, que si nuevos materiales, que si impresoras 3D, que Singularidad Tecnológica et al, todo ello batido para cocinar la IV Revolución Industrial.

     Al final, “Hace tiempo que la inteligencia artificial y el aprendizaje automático son disciplinas importantísimas en el ámbito tecnológico. Estos campos necesitan y necesitarán millones de empleados en el futuro.” Un montón de millones más de los que cree ese periodista.

K.A.García-Salmones


GLOSARIO

(1)Michael Dertouzos, director del Laboratorio de Ciencias de la Informática del MIT, definía el Mercado de la Información como el “mercado aldea del siglo XXI, donde la gente y las computadoras compran, venden e intercambian libremente información y servicios de información”.

De lasociedad del conocimiento a la sociedad del conocimiento. Esencialmente esto es en lo que los consorcios por medio de sus modelos expansivos por La Web 2.0 y La Web 3.0 han transformado a Internet en estos tres lustros pasados.

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