Omicrono y Lucha de Clases: Tanto las mutaciones del virus, a corto plazo, como la organización del desabastecimiento de energía fósil, a largo plazo, corresponden a la Ley del Valor

Hace un semana, el economista ruso Mikhail Khazin publicaba un análisis de la parte económica de un importante artículo del autor británico Alister Heath (Enklace no activo: https://khazin.ru/articles/11-analitika-i-prognozy/96671-analiz-jekonomicheskoy-chasti-stat-i-alistera-khita ), en The Thelegraf, titulado “ El error catastrófico de la élite destruye los cimientos económicos occidentales “.

El error catastrófico a que alude Heath, desde el punto de vista de una parte del capital, ha sido el evitar destruir el capital acumulado no rentable por razones de la cohesión política que cada sector proveía a la alianza de clases burguesa internacional alrededor de la sostención del keynesianismo. El keynesianismo, como incremento de la deuda pública y las emisiones monetarias sin un aumento de la productividad o expansión del capital que lo justifique, a la larga perjudica gravemente al proletariado mundial.

En las actuales circunstancias, el keynesianismo esta sirviendo para financiar la transición desde el toyotismo a la Robotización a una alianza de clases que va desde la oligarquía globo-oligopolista de la gran finanza y los titanes digitales, la tecnocracia ultraimperialista, los funcionariados nacionales, las aristocracias obreras socialdemócratas y y las fracciones de técnicos “progresistas”, pero además de proveer combustible a la burguesía y estas fracciones de clases aliadas, su continua y creciente inyección de inflación monetaria en el mercado mundial y gradualmente en sus extensiones nacionales disminuye el salario mínimo proletario internacional.

O hiperinflación o infarto de la alianza de clases dominante

El golpe en la mesa que da Alister Heath, (y no solo Heath sino también el alemán Hans-Werner Sinn) aunque menciona al proletariado sin referirse directamente a él, representa los intereses de otra alianza de clases capitalista, ésta orientada a la defensa de otro sector de capital, el capital a interés.

Heath se centra en aclarar que proseguir la devaluación monetaria es la forma más segura de “destruir la civilización”. Traducido: El ataque inflacionario a las fracciones del capital financiero y de las clases medias que asientan principalmente sus rentas en el ahorro y su valorización y revalorización en el capital a interés, tienen la consecuencia de que toda la movilidad social ascendente de base amplia de la sociedad capitalista se derrumba al quebrar el incentivo para trabajar activamente en las masas obreras, de clases medias y burguesas.

Esto es, como el ahorro popular, trabajo muerto y consumo diferido, y capital acumulado financiarizado para postergar su desvalorización, no encuentran nichos de inversión rentables por los bajos tipos de interés, a no ser que se endurezcan las exigencias de elevación de tipos de interés a pagar a los propietarios de ahorro y capital sobreacumulado, desde pequeños burgueses y simples ahorradores a fondos de pensiones, y a exigir a los deudores (estados, bancos, clases medias crediticia e hipotecariamente subvencionadas), se rompe el contrato básico de la constitución del capital entre los propietarios de derechos de acceso a plusvalía a través de la porción del capital a interés, y el capital en funciones.

El capital en funciones, ante las dificultades de valorización que el nivel alcanzado de composición orgánica de capital, nivel de productividad y cuota vigente de explotación determinan, converge con la socialdemocracia que vende paz social, resiliencia a la explotación y estabilidad de la opresión, con la tecnocracia ultraimperialista, que vende planificación internacional malthusiana del proletariado y gobernanza mundial del valor. A este convergencia neofascista, donde al estado corporativista le sucede un corporativismo tecnocrático global, le llaman capitalismo de “partes interesadas”.

Con este transfondo, en mi opinión Alister Heath tiene razón en su idea de que la supresión del sector del capital “a interés” de base amplia en estas condiciones estructurales contiene la condición de la inflación prolongada que culminara, – está culminando ya -, en una hiperinflación explosiva, o lo que es lo mismo, en una depresión permanente sostenida, como durante los últimos 15 años, hasta el momento del ineludible colapso descomunal que es precedido por la hiperinflación, la cual, en el momento actual, ya ha empezado a estallar en los viejos paises centrales de la acumulación (EEUU, UE, Imperio Británico y Japón) y está comenzando a hacerlo en los nuevos, como China, – continental y taiwanesa -, y Corea del Sur.

Heath tiene razón porque la porción de plusvalia dedicada a pagar a los propietarios de ahorro, especialmente, y a los propietarios de capital financiarizado, como puntos de interés, cumplen la función de estimular la búsqueda de la agregación de Trabajo Útil al desarrollo de la acumulación. Si esto no se produce porque el capital en funciones ha logrado una forma alternativa, más lenitiva en su desarrollo, de disponer de plusvalía aliándose con el funcionariado mediante la inyección monetaria al mercado mundial y a sus aliados en las distintas extensiones nacionales que lo componen, la producción de plusvalía merma y todo el sistema de producción societario capitalista implosiona.

Esto es así porque el capital a interés no solo es “capital muerto contra trabajo vivo” sino que cumple la función estructural de presionar para el incremento del Trabajo Útil agregado a la producción de plusvalía. Esto es, el capitalismo de partes interesadas no es viable a largo plazo, es un capitalismo de estado de excepción, que bordea peligrosamente el capitalismo de guerra y está creando una oleada de fascismo global donde muchos analistas no lo esperaban, en la pequeña y gran izquierda socialdemócrata, y la aristocracia obrera.

Pero, RECUÉRDESE 1923: Marcha de las Antorchas a Roma (dirigida por el ex-socialista partidario del estado corporativo, o fascismo, Mussolini), Putchs de Munich (Golpe militar dado por la oligarquía militar “junker” apoyándose en el partido nacional socialista de Hitler) y el golpe de estado dado por el corporativista de Primo de Rivera en el estado español, cuya dictadura fascista de seis años que se cebó contra la CNT, fue apoyada por la fracción progresista del PSOE y la aristocracia obrera de UGT. Las fuerzas de clase que sustentaban esos movimientos invariablemente fueron de clases medias, y la aristocracia obrera también, invariablemente, o impulsó o se incorporó en esas alianzas de clase fascistas.

La inflación monetaria es un crimen contra el proletariado mayor que los tipos de interés altos

En su texto, Mikhail Khazin cree que las posiciones de Alister Heath respecto a su dura exigencia, sino ultimátum, de elevación inmediata de los tipos de interés es fundamentalmente una operación británica de aceleración de la crisis para comenzar antes el reinicio de la producción de plusvalor, por motivos de posicionamiento geopolítico, pero la contradicción principal en la producción de plusvalía no es la territorial, (geopolítica), es la universal (de la lucha de clases entre la burguesía internacional y sus aliados, y el proletariado mundial y sus aliados).

La contradicción mundial principal es la existente entre el capital y el proletariado, e implica que si colapsa la producción de plusvalor la única forma de reponerla en funcionamiento es desencadenar una ola de trabajo útil en la cadena de agregación de valor, destruyendo el capital sobrante que traba, limita o impide la nueva ola de inversiones. Esto no es únicamente elevar la cuota de explotación, incluye también elevar la productividad y dirigir una expansión del mercado mundial. Pero esto lo comentaré más adelante.

Recordaré que a Graco Babeuf el comisario revolucionario burgués Fouchet le intentó comprar con un grueso sobre lleno de billetes emitidos por la república burguesa, a cambio de que dejara de publicar el semanario político comunista utópico que encabezaba. Esos billetes los imprimían con una maquinita, y con esa maquinita derrotaron al proletariado parisino que simplemente fue destruido por hambre y miserias de inflación elevando los precios más rápido que lo que los proletarios parisinos podían elevar los ingresos. Cuando llegó Napoleón el proletariado urbano revolucionario ya era un cuerpo colectivo famélico, enfermo y debilitado, no menos masacrado, aunque por otros medios, que el campesinado de La Vendé, como denunciaba Babeuf.

… a Graco Babeuf el comisario Fouchet le intentó comprar con un grueso sobre lleno de billetes emitidos por la república burguesa

Recordaré también que, durante la República de Weimar, la burguesía, con su ala funcionarial y una gruesa aristocracia obrera pastando en el partido socialdemócrata alemán (SPD), tras matar a Rosa Luxemburgo y Karl Liebneckt, ( y otros diez mil espartaquistas) manejando la maquinita logró reducir enormemente la deuda de guerra del estado alemán con los acreedores interiores, y mantener tanto el flujo de concentración y centralización de plusvalía en los monopolios financiero-industriales como la estabilidad de ingresos del funcionariado del estado y el partido. Pero eso no resolvió la crisis y, una vez quemado ante el proletariado el SPD por sus crímenes políticos y de explotación extrema, el ejército alemán tomó el relevó poniendo una alternativa, el Partido Nacional Socialista Obrero Alemán, que se enfocó estratégicamente a pasarle la crisis al vecino pero no al de abajo de casa, lo que ya había hecho la socialdemocracia a matarrasa, sino al de afuera (la URSS y Europa del Este), elevando para ello primeramente la deuda pública irrestrictamente con el objetivo de financiar la demanda pública a los monopolios, y sus aristocracias obreras, con cuyos medios de destrucción creyeron poder ya no únicamente pasarle la crisis al vecino sino incluso lograr la hegemonía mundial.

En el momento actual la inflación monetaria, que comenzó a ser elevada especialmente desde 2008, ha ido en un in crescendo por escalas geográficas, primero las emisiones monetarias financiaban a los principales estados imperialistas o exportadores de capital (a partir de divisas como especialmente el Dolar, el Euro y el Yen), estas inflaciones monetarias elevaban los precios de los alimentos en los países periféricos, razón por la cual se desencadenaron procesos de protesta generalizadas en los países árabes, primero, luego en África e Iberoamérica.

Las sobreemisiones monetarias hechas para realizar ampliaciones de deuda pública,- el Imperialismo Financiero – que producía esos desplomes del salario mínimo de los proletariados de las periferias y semiperiferias, lo encubrieron los capitalistas con la ayuda de la llamada “izquierda”, o sea la alianza de clases socialdemócrata, que denominaba Primaveras a lo que eran las protestas por los derrumbes del salario mínimo medio proletario en esas zonas del mercado mundial, desviando hacia lo político socio-cultural lo que era y es una contradicción económicas de clase.

Inmediatamente deslizaban el neomalthusianismo bajo las banderas de las clases medias progresistas, ocultando la gravedad de la agresión estructural imperialista financiera, bajo toneladas de propaganda sobre feminismo, especialmente, críticas a las dictaduras pasadas o a los conservadores, en el campo cultural, y, así, patada a patada adelante a la lata, la alianza de clases dominante llegó sin estallar totalmente hasta el final de la década de los 2010s, soportando incluso la respuesta conservadora en los EEUU alrededor de la política de repliegue imperialista de Trump, pero en el cuarto trimestre de 2019 la inflación comenzó a estallar.

Ramos enteros principales del aparato productivo mundial no son rentables y condicionan el reinicio de la acumulación porque para que este logré articular inversiones rentables debe primero eliminar esos ramos. Me refiero a la automoción, pero incluso más vastamente a la movilidad geográfica de las mercancías. Me refiero también a la quiebra de los estados que, fundamentalmente, se han constituido en extractores de plusvalía vía permanentes emisiones inflacionarias de deuda pública, pero de los que depende en muchos casos incluso la mitad y más de la población activa empleada.

2019: El virus fue al sastre a recoger el traje precisamente el día anterior a la boda

A finales de 2019 la situación era insostenible, las condiciones de la fracción industrial nacionalista estadounidense de repliegue interno eran inasumibles para el capital globo-oligopolista de los titanes digitales, la gran finanza y el complejo militar-industrial (si el endeudamiento público sigue siendo su principal medio de financiar su expansión global), y la alianza entre el funcionariado socialdemócrata, la tecnocracia ultraimperialista malthusiana, la gran finanza y los titanes digitales, para “reiniciar” la acumulación empleando la explotación inflacionaria al proletariado mundial y la pequeña burguesía ahorradora y los pequeños capitales, se impuso, con una movilización política, social y cultural a la desesperada que empleo incluso un pucherazo electoral y la represión de la protesta que originó.

Retomado el control por la alianza de clases pro inflacionaria, prosiguen sus despliegues concretos, como el de las sub-alianzas de clases como la de los monopolios y las aristocracia obreras y los técnicos contra el consumidor, y sigue dividiéndose en dos el proceso del capital: El capital sobreacumulado no hiperconcentrado quedaba fuera de los repartos de renta – lo que disminuye la búsqueda y promoción del Trabajo Útil -, mientras el capital hiperconcentrado, y el bloque aliado en la inflación (de la deuda y de los medios de consumo básicos) se aprestaba a parar de un solo golpe a los dos oponentes que iban a salir en masa a detenerlo, internamente, el capital a interés, y externamente, el proletariado bajo salario mínimo medio por debajo de la reproducción social. En esta situación la socialdemocracia es clave para el incremento de la explotación sin desarrollo de las fuerzas productivas.

Entonces, cuando la niebla en el campo de batalla de la lucha de clases comenzaba a despejarse, el virus fue a recoger el traje, con toda causalidad y correlación, el día antes de la boda…

…entonces el virus fue a recoger el traje el día antes de la boda

Pero la novia sigue en el altar exigiendo que venga el novio, quien no es otra cosa que la producción de plusvalía.

La hiperinflación es altamente preocupante para el capital y su fracción oligárquica reinante pero este se basa en una alianza de clases que, como durante la República de Weimar, si no sigue devaluando la moneda colapsa en cuestión de horas. Por eso, ‘la novia’, – el capital a interés – chilla en el altar porque si el novio no sube a aceptar su mano, y se queda en el bar inyectando la inflación, la boda fracasa, y se consuma un cisma. El virus corre del bar al altar a enmendar los desacuerdos, pedir plazos, hacer promesas a la novia, intentar llevar a los dos al altar o a los dos al bar, pero ellos no quieren sin aclarar quien pagará el convite…

El nuevo confinamiento en ciernes, el recrudececimiento del capitalismo de guerra sobre la dictadura seudosanitaria, los pases digitales “verdes”, y el circo de los experimentos genotrónicos y biodigitales en la población tratada como hardware, reducen la velocidad de la rotación con lo que frenan la hiperinflación sin que ni la novia ni el novio tengan la culpa, sino los no vacunados, el virus mismo, la dictadura tecnocrática china, Rusia, Irán, pero no las dictaduras tecnocráticas biodigitales de El (polo de centros imperialistas de acumulación de capital) Occidente.

La mucho más grave cuestión de la desinversión estratégica en extracción de energía fósil

La aparición de variante del coronavirus denominada omicrono por la OMS o el Imperial College, qué más dá finalmente, entre las idas y venidas del virus del bar y al altar y de la novia al gañan, para regular la contradicción radical entre sectores del capital, no debe desenfocarnos del hecho de que la contradicción principal se da entre el capital y el proletariado mundial.

Que entren a dirigir la infraestructura y el complejo de gobernanza mundial ultraimperialista de Davos, G7, ONU, OMS, los pro inflacionistas es más grave a que lo dirijan los pro puntos de interés. Esto es así porque los pro puntos de interés son favorables a la expansión, lo que en ausencia de movimiento revolucionario proletario, es mejor destino, por muy autoritario que sea, que el que nos reservan los malthusianos pro inflacionistas a través del proceso desvalorización del capital humano proletario o depauperación absoluta del proletariado, especialmente en la forma de las medidas de descrecimiento de la población que están disponiendo ante los ojos del mundo, sin hablar de las más camufladas de progresiva primarización de humanos a partir de la formación ideológica de la nueva religión emergente gnóstica-anglo-brahmanica “posthumanista”.

La semana pasada, por ejemplo, dos jerarcas tecnomalthusianos, Joan Martínez-Alier y Antonio Valero, realizaron una comunicación auspiciada por los socialdemocratas del diario Naiz.info en la que exigieron la reducción de 550.000 habitantes en la población de Baskongadas. Ocultando que los recursos naturales están subregistrados en todo el mundo para elevar su valor, callándose cobardemente la gravedad del gasto improductivo y el desgaste de los salarios y de los ecosistemas que la masificación industrial de la obsolescencia programada genera, silenciando que las agencias climáticas son tecnócratas ultraimperialistas y no climatólogos científicos, y acusando a la población de ser responsable de su pobreza por no descrecer, los jerarcas tecnomalthusianos llamaban a un próximo futuro con una reducción de 2.000 millones de personas, desde 8.000 millones de pobladores actuales a 6.000 millones que ellos propugnan con el apoyo, como puede comprobar el lector, de la socialdemocracia vasca, a la que no en vano vengo definiendo como fascista y tecnomalthusiana.

Estos dos canallas, Matinez-Alier y Valero, claramente contrarios a los intereses del proletariado mundial, que se callan que a más población mayor producción de riqueza incluidas las naturales, y a mayor descrecimiento de la población mayor número de conflictos y miserias de pobreza y violencia por reducción de las fuerzas productivas, o, lo que podría ser todavía peor, que no lo sepan, no son sin embargo el mayor problema.

Hay ahora un impulso concertado de medidas políticas internacionales ultraimperialistas aplicadas en el mercado mundial para desincentivar la inversión en abastecimiento de petroleo, carbón y gas. Todo está convergiendo en desabastecer fundamentalmente de energía al proletariado mundial, no únicamente de forma coyuntural con la farsa de frenar la pandemia manteniendo las medidas inflacionarias pero intentando frenar la hiperinflación al aplicar los confinamientos, sino estructuralmente aplicando las restricciones y constricciones al desarrollo de la inversión en la extracción y distribución de petroleo y combustibles fósiles hasta que la reestructuración del capital y del modelo de acumulación mundial, haya sido culminada, concentrando y centralizando el plusvalor en bienes y servicios de biodigitalización y Robotización.

Si todo esto es correcto, estamos ante la mayor campaña de reducción de población desde la introducción del abortismo en los años 1960-1970s, que ha quitado la vida a más de 2000 millones de personas y frenado criminalmente el crecimiento de la población mundial en al menos 4.000 millones de personas, para retrasar en la medida de lo posible la revolución mundial. Pero la actual campaña, si seguimos los calculos de los tecnomalthusianos Martinez-Alier y Valero, tendría que abreviar la esperanza de vida a 2.000 millones y reducir a la vez otros dos mil millones más por la via del abortismo o la esterilización forzosa directa o indirecta.

La socialdemocracia está disponiendo en la palestra política, por la vía de la manipulación de personas y fracciones de población, especialmente proletaria, una panoplia de medios superiores de esterilización directa e indirecta de los pobladores (transgenerismo, inyecciones ARNm, política anti sexual, precio de la vivienda, minimización obligatoria de la renta o imposición de rentas básicas obligatoria contra el pleno empleo,) y de reducción de la esperanza de vida ( la mal llamada eutanasia en realidad distanasia preparada para su masificación, hambres y miserias por hiperinflación de alimentos y viviendas, detención criminal del desarrollo de las fuerzas productivas, y posiblemente por auge de las enfermedades infecciosas, incluso difundidas maliciosamente, y de la mortalidad por desatención de enfermedades), una caida de la esperanza de vida en gran parte inducida en la lucha de clases por debilitamiento de los cuerpos individuales y colectivos al reducir los imputs de energía estructuralmente en la reproducción social del capital humano proletario mundial.

Lo que significa esta tendencia no contrarrestada del capitalismo, – en cuya promoción su alianza de clases dominante demuestra que vuelve a las andadas neomalthusianas, ahora en forma tecnomalthusiana -, es la organización política de la depauperación absoluta del proletariado. El papel de la socialdemocracia en ella es embellecer ese proceso diciendo que todo es para salvar el planeta, porque sois muchos, – cuando a ojos vista la población mundial necesita al menos doblarse en este siglo para no entrar en vías de extinción y lograr tener éxito histórico de expansión y no descrecimiento de la civilización humana.

La crisis de la ley del valor mediada por la lucha de clases nos pone en una lucha política mundial de largo alcance en la que ante semejantes maniobras tecnomalthusianas tenemos que aliarnos con los sectores que no están por alimentar esta dinámica genocida malthusiana, una alianza sobre ejes concretos, no sobre diatribas ideológicas de izquierdologias y derechologias. Los adversarios del proletariado mundial ahora son los conservadores autoritarios, los enemigos son los “progresistas” tecnomalthusianos por muy “de izquierda” que se nos presenten, como de pro revolucionario se le presentaba a Babeuf el canalla genocida de Fouchet.

Si queda todavía necesariamente un ciclo de reproducción ampliada del capital, la ofensiva global tecnomalthusiana, rabiosamente reformista y desplegada sobre la izquierda neomalthusiana sesentayochista – la izquierda dominante es la izquierda de la clase dominante -, y su nueva revolución burguesa es thermidoriana y retardataria, porque además de aplicar la supresión de cuanto cuadro y organización proletarios pueden, de forma “soft” a la socialdemocrata en muchos paises, aunque crecientemente ya no tan soft, finalmente el capital, despues de la guerra de clases que determina y multiplica su tendencia tecnomalthusiana y darwinista antisocial, se verá obligado de todos modos a incorporar la función de presión en pro del desarrollo de la ampliación del Trabajo Útil en bases amplias, para incentivar la elevación de la cuota de explotación, pero también con un correlativo desarrollo de las fuerzas productivas.

Si no va a imponerse la reproducción ampliada del capital y emerge un régimen de tipo feudatario, biodigital, y, sobre todo, tecnomalthusiano, sobre la base de reducir población sobrante y proseguir una fase larga desmontando a las clases medias proletarizables y destruyendo al proletariado, como este régimen implica la depauperación absoluta del proletariado disfrazada de “descrecimiento”, estamos ante la formación de un modelo de valorización de excepción que expresa un capitalismo de guerra contra el proletariado mundial. Aunque hay que luchar contra estas tendencias, sin olvidar que también puede estallar otras por soluciones facilonas nacionalistas de intentar pasarle la crisis al vecino a partir de la contradicción territorial, hay que prepararse para un desenlace, que es el más probable, de una explosión de la inversión rentable en todo el mundo hacia la mitad del siguiente lustro, orientándose hacia una fase de la acumulación, que sería la ultima posible, biodigital, robotizadora, basada en el despliegue de la Inteligencia Artificial, resolviéndose en la recuperación de la superproductivividad humana por la vía de la industrialización de la producción de la capa de Metaversos, de la que tanto se habla ahora,que puede durar tres décadas.

K.A.García-Salmones

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