Finalmente, la socialdemócrata tecnomalthusiana y fascista-interseccionalista Judith Butler logró sus objetivos de reduccionismo juridicista de la sexualidad humana a la asignación médico-juridica de géneros sexuales como se reparten gominolas en una fiesta. El problema surge cuando se causan daños a personas concretas mientras se sigue mintiendo y estafando a otras personas, incluidas las trans, pero a la socialdemocracia en crisis, ya furibundamente tecnomalthusiana, mientras el negocio siga eso le da igual…
Un grupo de presas biológicas encarceladas en California están demandando al Departamento de Correcciones del estado (CDCR) por presuntamente violar sus derechos de la Primera Enmienda al alterar sus quejas oficiales sobre delincuentes sexuales transgénero para eliminar las referencias a ‘hombres’.
Según Just the News , “es el reclamo más inusual en la demanda federal presentada esta semana por el Frente de Liberación de la Mujer (WoLF) en nombre de las reclusas Janine Chandler, Krystal Gonzalez, Tomiekia Johnson y Nadia Romero, quienes alegan ser víctimas de violencia sexual o doméstica “.
Las mujeres están impugnando el Proyecto de Ley 132 del Senado de California, que afirman que es inconstitucional porque permite a los presos elegir su identidad de género para los propósitos de ubicación y registros corporales, y no requiere cirugía real de reasignación de sexo ni terapia hormonal.
Cuando Romero presentó una denuncia por haber sido “agarrada por un hombre en su unidad”, y González solicitó una vivienda para un solo sexo después de que un recluso transgénero la agrediera sexualmente, los funcionarios de la prisión describieron a sus atacantes como mujeres o mujeres transgénero.
Estar alojado con prisioneros transgénero autoidentificados que son anatómicamente masculinos también constituye un castigo cruel e inusual en violación de la Octava Enmienda, y viola sus derechos de igual protección en la 14ª Enmienda, afirma la demanda. -Solo las noticias
Según la demanda, la SB 132 pone a las mujeres biológicas en “un riesgo sustancialmente mayor de acoso sexual, agresión sexual, violación y violencia física”, sin mencionar las enfermedades de transmisión sexual y el miedo psicológico, y funcionalmente “transforma el sistema penitenciario de California de estar separados por sexo … a un sistema compuesto por instalaciones para hombres e instalaciones mixtas ”