1 DE MAYO de 2023: Entre el convulso Occidente Pericleano y el auge de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia

Abril de 2023, casi mayo. La caldera del capitalismo mundial sigue recalentándose. Es capitalismo y no meramente “globalismo” como dicen ciertos supuestos “disidentes”, en realidad furibundos anti comunistas, para eludir la crítica a un sistema cuya dinámica estructural desencadenante de fuerzas destructivas puede volver a matarnos por centenares o miles de millones, o simplemente matarnos a todos, visto el aspecto sin salidas que está tomando la lucha de clases mundial.

      Otra rama de disidentes profesionales, “comunistas“, en realidad tipos con sueldo a cargo de las arcas públicas burguesas hasta donde recordamos, “de izquierdas“, nos cuenta que se va a mantener neutral en la contradicción emergente, como si se pudiera apoyar por inacción a las malas acciones de la oligarquía transatlántica sin mancharse de sangre, y eludir con nininazismo las responsabilidades adquiridas tras apoyar indirectamente la masacre que están formando estos oligarcas transatlánticos con su plan de militarización global para pasarle las crisis al vecino, si no al vecino de al lado, ruso o chino, al vecino de abajo, el proletariado mundial, incluido en él, al proletariado del Occidente; nosotros.

      La escusa que ponen estos farsantes es que Rusia es “imperialista”, – en cuanto participante de una forma económica lo es, en cuanto sujeto exportador de capitales la afirmación es incierta, así que la media verdad contiene una mentira completa -, o que el proletariado mundial no se mete en geopolítica porque eso es “campismo”. Vaya garrulada. Rusia es una formación imperial de la semiperiferia, estable alrededor de un estado sindical-nacional, emergido como tal ante las asombrosas exigencias de superexplotación recibidas por parte del capital dominante en el mercado mundial: Otra vez más, la oligarquía transatlántica.

      Rusia es un estado que vende mercancías, incluso armas, pero no exporta capitales sobreacumulados sino que sus capitales excedentes normalmente huyen del país a hacer parte de la acumulación archiconcentrada transatlántica, de manera que su presencia geopolítica fuera de sus fronteras es básicamente defensiva para eludir el cerco transatlántico que busca estrangularle como formación social.

      Los espartaquistas no vamos a partir de las teorías ninistas: Apoyar a Rusia ante una agresión oligárquica ultraimperialista urdida durante décadas por la oligarquía transatlántica es apoyar al proletariado ruso, y es, en las condiciones políticas y materiales actuales, apoyar a la mayoría mundial no occidental victima de las operaciones ventajistas en el mercado mundial de los nazis y los nininazis.

El sino de la oligarquía transatlántica

      La actual agresión histórica a la humanidad proletaria por parte de la oligarquía transatlántica, que ahora se concentra contra la Federación Rusa, comenzó en 1948 cuando, en lugar de integrar los flagrantes datos confirmatorios respecto a los destrozos que, cíclicamente, causan las crisis generales del modo de producción capitalista y obrar en consecuencia, los oligarcas occidentales decidieron renovar y repetir el mismo sistema totalitario que era y es la base de su poder.

      Durante 70 años fingieron creer en la democracia mientras subrepticiamente desplegaban una plutocracia que ha significado la muerte de miles de millones de proletarios, entre excluidos, marginados, masacrados, aplastados, superexplotados, expropiados, desatendidos y abortados. Así que no solo cientos de millones sino incluso miles de millones han pagado con su vida el sostenimiento del capitalismo y su composición de clases en pirámide compuesta en la cumbre por la oligarquía transatlántica, luego escalonadamente, y por este orden, por las burguesías internacional y nacionales, funcionariados neoliberal y keynesiano, fracciones técnicas, aristocracia obrera y pequeña burguesía comisionista o subvencionista, organizadas sobre la base de la producción capitalista de plusvalía.

“se recompusieron y la misma cadena de producción de crisis cíclicas volvió a reconstituirse, al igual que el proceso internacional del capital”

      Al perder el mundo la oportunidad histórica de 1945 de evitar la reedición del capitalismo, y montar la oligarquía transatlántica y la burguesía internacional el cuenterete del liberalismo crucificado entre dos totalitarismos, los nazis capitalistas (capitalistas, normalmente liberales malthusianos en su alta dirección y no meramente globalistas) se recompusieron y la misma cadena de producción de crisis cíclicas volvió a reconstituirse, al igual que el proceso internacional del capital, y a fungir cibernéticamente éste hacia otra gran destrucción de fuerzas productivas.

      Ocurre que ya en los años 1880s Engels había avisado de la gravedad de la situación, con el Hombre atrapado en su propia maquinaria histórica, abocado al accidente adhoc de la tecnología del valor capital; a sufrir cada vez peores y más graves crisis de destrucción masiva de capitales y de modelos de acumulación al completo, no rentables o no suficientemente rentables para sostener las desmesuradas concentraciones de poder centralizado posibilitadas por las tecnologías financieras del valor y sus infraestructuras monetarias y de bancos centrales.

      La situación, finalmente, desembocó en la horrible matanza de la I Guerra Mundial. Engels previo aquel Armagedon señalando la masiva e incesante acumulación de armas y medios de destrucción, generada mediante la superior capacidad productiva de medios destructivos del sistema industrial capitalista consolidado en Europa a lo largo del medio siglo anterior. Hoy sabemos que al inicio de la guerra había unos 420 millones de habitantes en Europa, pero en 1922 solo quedaban unos 380 millones. Fue la mayor campaña malthusiana de la Historia… hasta esas fechas.

2023-2030: El capital occidental es el foco de la contradicciones

      A día de hoy, el capital occidental sistemáticamente no se invierte en capacidad productiva, sino que se exporta previa acumulación como excedente titulizado. Para transformarlo en renta real en el mercado mundial emplean la máquina de impresión de dólares y euros en un raro contubernio neoliberal-keynesiano que ha durado décadas. La protesta de los capitalistas de todo el mundo, en determinado punto, ante semejante gestión ultraimperialista de la economía imperialista, tenía que estallar y ha estallado, pero el problema que padece El Occidente ultraimperialista es que cada vez tiene menos puntos de inversión rentable en las regiones centrales de la acumulación donde se basa su sede, y simultaneamente cada vez sostiene un mayor rentismo financiero con el que precariamente debe abrir la persiana día a día…

      Debido a ello, hablarán del clima, el virus, la descarbonización y las ideologías del desmantelamiento social, como el transgenerismo político, el transhumanismo, el veganismo, la rusofobia y el antipatriarcado, pero en realidad buscan la militarización del aparato productivo para intentar garantizar a toda costa su predominio en él.

      Por supuesto, debido a que esa contradicción de la baja ganancia media relativa es estructural, causada por la alta composición orgánica y técnica del capital, su destino es el mismo destino que le aguarda, algo más adelante, quizá tan pronto como un par de décadas, al capital en todo el mundo, incluidas China o la India.

      Como vemos, la trampa capitalista en la que está el Occidente capitalista es la misma en la que está el planeta entero, – por cuanto la composición orgánica de capital es altísima y la tasa media de explotación deja pocos margenes de maniobra -, pero a la vez es su propia trampa: Se trata de que invierte en rentismo, y este desaloja incluso a los explotados que lo sostienen, pero en cuanto es el lugar al que el resto del capital va a arribar en las próximas décadas, puede decirse que la oligarquía transatlántica camina en primera línea.

“se encuentra, pues, desde hace décadas en los apuros de ganar una década más, un año más, un mes, una semana o siquiera un día más”

      La oligarquía occidental se encuentra, pues, desde hace décadas en los apuros de ganar una década más, un año más, un mes, una semana o siquiera un día más. Y esto es lo que la hace más peligrosa si cabe.

      La militarización despiadada impuesta a través de la OMS en 2020, con la palanca represiva que es la jerarquización farmaceútico-militar de los Estados-Nación; la transformación del sacaperras a que ha llegado a ser la NATO en un medio de saqueo público internacional ya sin tapujos que impugna la seguridad jurídica a escala mundial; los planes descaradamente malthusianos de la ONU y sus inauditas agencias supuestamente pro feministas; y el odio anti comunista cada vez más desvergonzado, se resuelven en una constelación de represiones que van desde las que padecen los movimientos de inmigrados y precarios, los jóvenes sin viviendas y los estudiantes sin futuro, a algunos movimientos patrióticos, incluido el ruso, los pocos pero firmes comunistas espartaquistas que quedan y el puñado de anarquistas no liberales supervivientes, pero también a ciertos conservadores y al catolicismo popular que tampoco caben en el tinglado liberal.

      En resumen, contra todos aquellos que no encajan en la nueva cosificación ahora robotizadora organizada mediante el remozado integral, a la izquierda y la derecha, de la totalitaria ideología liberal.

      Todo esto constituye el ambiente de la época en la que ha entrado El Occidente burgués de la mano de la oligarquía transatlántica y de las clases medias en crisis de reproletarización, o de restitución de su caracter de cinturón social de apoyo del capital concentrado. Época inquietante porque la revolución tecnológica del aparato productivo, por medio del despliegue de hábiles grandes máquinas intelectuales implica la perdida, y no formación, continuas y durante décadas, de docenas sino cientos de millones de empleos intelectuales y de horario de oficina, pulverizando lo que fue la salida de estabilización político-social del capital durante el siglo XX.

El precedente del saqueo de Grecia: El Occidente Pericleano versus el Occidente Socrático

      Estás acomodaciones cibernéticas de la oligarquía transatlántica a la crisis general del capital en el eje de ‘pasarle las crisis al vecino’ e imponer su sistema capitalista al mundo, en su versión más totalitaria, la liberal, si bien es cierto que se constituyen bajo la mediación de la dinámica estructural de la exangüe tecnoesfera del valor, (ley de la tendencia decreciente de la tasa media de ganancia, ley del valor – desvalorización del valor, y ley general de la acumulación), se han resuelto en la comedia nazi del saqueo imperial via tecnopolíticas del crédito, pignorando bajo un Himalaya de deudas a miles de millones de personas para sostener el rentismo oligárquico transatlántico, y a sus 300 millones de fervientes plutócratas.

      La historia socialista científica pasa a ser básicamente desbordada por la historia que cuentan el viejo o el niño que la vivieron y padecieron: La verdad pura y dura más allá y más acá de la realidad política y económica que acabamos de ver, ubicada en el cómo se ha traducido en hechos, vivencias y acontecimientos sociales la interactividad de la dinámica de la estructuras y la lucha de clases mundial. No es la primera vez que ocurre.

      Se habla frecuentemente de la Trampa de Tucídides para explicar el enfrentamiento de los bloques transatlántico y euroasiático, pero el mismo Tucídides, que era ateniense, no habló del Saqueo de Pericles y su partido contra Grecia entera, de lo que sí logró hablar Sócrates, que también era ateniense, al costo de su vida.

      Hacia el siglo V antes de Cristo la antigua sociedad griega había logrado impedir heroicamente su absorción en el Imperio Persa. Para prepararse contra un posible nuevo asalto persa los griegos, después de Salamina, crearon la Liga de Delos, que fue liderada por Atenas, y formaron un tesoro con el que sufragar los gastos de una eventual guerra defensiva contra el Imperio Persa. El dinero no fue gastado en eso, sino en el Parthenon, en exhornar la Acrópolis, contratistas y comisionistas civiles y militares en Atenas, constructores, astilleros de guerra, viajes, vida muelle y todo tipo de gastos suntuarios, todo ello sufragado con el tesoro robado a los griegos por Pericles y su partido, quienes, llegado el momento en el año 453 antes de Cristo, trasladaron el tesoro de la Liga de Delos a Atenas, quizá para mejor ocultar el saqueo. La guerra popular griega contra el rentismo tributario ateniense duró 30 años, (Guerra del Peloponeso, 431–404 a. C.), y el ascenso de Esparta fue el resultado natural de docenas y docenas de levantamientos contra los atenienses por parte de las polis saqueadas.

“¿colosales estatuas de Atenea? ¿impresionantes templos como el Parthenon? ¿formidables flotas de guerra?”

En el año 453 antes de Cristo el partido de Pericles trasladó el tesoro de la Liga de Delos a Atenas…

      Por su lado, Sócrates, que habiendo sido patriota y combatiente ateniense tuvo que abrir los ojos ante los desmanes criminales de Pericles y sus socios de saqueo en el régimen rentista-tributario ateniense, relató una narración en la que algunas personas estaban encadenadas en una cueva y ciertos personajes, muy probablemente alter egos de Pericles y sus socios de partido, proyectaban sombras chinescas en la pared… ¿colosales estatuas de Atenea? ¿impresionantes templos como el Parthenon? ¿formidables flotas de guerra?, quién sabe, pero la verdadera realidad, relataba Sócrates, estaba fuera de la cueva.

      Este mito socrático no refleja únicamente la aguda observación filosófica de la diferencia entre la esencia y la apariencia. La tarea que abordó Sócrates en el Mito de la Caverna, luego expuesto por Platón, fue principalmente hacer una denuncia ética de la frívola política saqueadora rentista del partido de Pericles, el líder ateniense tan admirado por la burguesía europea contemporánea, poder que, a la postre, se vengó matándole, al forzarle a tomar la cicuta.

      La situación aquí ahora es muy parecida. Masas de individuos liberales y keynesianos, coaliciones supraestatales de clases y un partido internacional dirigente cuya ideología totalitaria liberal aparece en su versión más fanática y peligrosa, la tecnomalthusiana, y cuyo ideosistema es una religión darwinista anti social, se han dedicado a saquear El Occidente y el mundo entero, promoviendo la superexplotación y la depauperación absoluta del proletariado durante medio siglo, como respuesta a la crisis de baja ganancia media. Si al principio determinaron otra ronda más de capitalismo sistémico entre 1945-1948, a continuación, entre 1968-1973, decidieron que iban a montar la fiesta pericleana de saqueo a las mayorías mundiales más grande de la Historia.

La ideología liberal de la dominación, o la peor y más totalitaria forma capitalista de falsa de conciencia

      En el 1 de mayo de 2023, ante esta doble situación de alta probabilidad de guerra, militarización del aparato productivo para ocultar el saqueo del mundo y para permanecer en el poder mundial, que se combina con la fase de despliegue de una profunda revolución tecnológica que desmonta la composición social liberal del régimen del capital decantada en dos siglos de lucha de clases, hay que llamar al proletariado internacional a apoyar un Juicio de Nuremberg II a los pericleanos belicistas occidentales, la oligarquía transatlántica que atribula a los EEUU, Europa, el Reino Unido, al otro Occidente, el Occidente Socrático, y al mundo entero.

      Estos oligarcas, su partido malthusiano internacional de apoyo y la socialdemocracia en su conjunto, han prohibido en los hechos cualquier expresión de comunismo y crecientemente prohíben la ideología conservadora, y la religión por cuanto son obstáculos a su objetivo de desmantelamiento social solo necesario para elevar la cuota media de explotación.

      Sobre ese tablero de dictadura liberal contrarrevolucionaria de la burguesía en comandita con la aristocracia obrera, dirigidas por la oligarquía transatlántica, despliegan una plutocracia occidental anti socrática y anti comunista rabiosamente enfrentada a la democracia internacional, que se desdobla en alas de izquierda y derecha liberal para hacer un cierre categorial totalitario a todo aquello que no sea funcional a su saqueo pericleano del mundo.

      Pero, junto a ello, a la vez hay que recordar al proletariado que el imperialismo no solo es geopolítico e interterritorial en la dialéctica combinada de explotación centros/periferias y de competencia centros/centros, sino también metapolítico e intersectorial, en la dialéctica alrededor del reparto intersectorial del precio de producción y de la explotación intersectorial, de forma que el auge de la participación en el producto bruto mundial de los sectores imperialistas metapolíticos armamentístico y farmaceútico contra sectores de producción de alimentos, viviendas y salud, también debe ser denunciado.

      Proletarios del mundo, ahora hemos de exigir un juicio de Nuremberg II a todos aquellos que insistan en una salida belicista de militarización y guerra mundial, como condición previa para abordar en términos de revolución política espartaquista global a la imparable revolución tecnológica del aparato productivo mundial.

K.A.García-Salmones


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