Acumulación de capital y mercado capitalista de fuerza de trabajo

 

En los países capitalistas centrales, con una alta concentración y centralización del capital, el nivel del precio salarial impuesto a las mayorías obreras provoca que, puestos en la disyuntivas de ser muy pobres y reproducirse o no serlo y sub reproducirse, las masas obreras optan por la segunda opción, pero no ‘libremente’, pues si en algo tiene razón Alejandro Nadal (1) es que el mercado laboral capitalista, y su sociedad al completo, de libres no tienen nada.

El supuesto bienestar capitalista occidental, que oculta esta ‘libre elección’ realizada bajo sorda coerción, y los más graves y multiformes problemas sicosociales en masa y de las masas obreras y populares, se ha cimentado durante la anterior fase histórica de la acumulación de capital, posfordista (1973-2008), en la subreproducción social de la fuerza de trabajo, visto que la reproducción social, como hemos señalado (2), no tiene una empresa que concurra al mercado capitalista como vendedor con su calculo de costes, en la liza capitalista general por el reparto del precio de producción.

Empero, la reproducción social capitalista responde inocultablemente a unas leyes sociales objetivas. Entre estas, la más evidente es la ley del valor trabajo, que determina que el trabajo social medio ha de ser producido, – y por tanto reproducido -, al menor costo posible, (aquí ninguno, pues cae como costo muerto y externalizado).

La implicación principal en lo que atañe a la reproducción social de estas condiciones básicas del mercado capitalista, – que en lo que concierne a la reproducción natural se expresa como crisis ecológica -, es que determinan en sus fases más desarrolladas una caída general de la tasa de natalidad en la clase obrera de las regiones capitalistas más desarrolladas (EEUU, Japón, Europa), por debajo del nivel de la reproducción social.

Placas amiliodes, una población envejecida físicamente es una población envejecida neuroalmente
Placas amiloides, que producen y son producidas por el envejecimiento.

Así surge la desjuvenización social, con su contracara más visible, más figura, del envejecimiento demográfico, físico y neuronal de la población endógena de los países capitalistas centrales. Y surgen, así mismo, graves problemas de abasto de nuevos contingentes generacionales para colmar la demanda capitalista de fuerza de trabajo en el mercado laboral, cuyas bajas,- – sin hablar de las no altas de los obreros necesarios para realizar la reproducción ampliada de capitales nacionalmente -, han de ser repuestas como oferta adicional al nivel necesario de abundancia de oferta, sobreoferta, como para:

  • A) actuar como un deflacionador estructural del salario y
  • B) garantizar al capital su reproducción ampliada, y así su expansión, sin la cual, a determinado plazo forzosamente colapsaría toda la sociedad capitalista.

Esta misma situación, el capital social general, como Patrón de Masa, la resolvió en en el anterior ciclo largo de su acumulación anterior empleando la ideología feminista burguesa, junto a incrementos notables de su sorda coerción antiobrera, para lanzar al mercado de fuerza de trabajo, como nueva sobreoferta de fuerza de trabajo disponible, a docenas y centenares de millones de mujeres en todo el mundo, mujeres a quienes el capitalismo procedió a ”liberar” de las ataduras del hogar reemplazándolas con las cadenas de la relación salarial y su negación de mercado. Por supuesto, este reclutamiento femenino masivo del mercado laboral agravó la tendencia a la depresión de la reproducción social de la fuerza social de trabajo, y de, en definitiva, la reproducción de la población en general.

Agotado este nicho obrero femenino de reclutamiento de sobreoferta de fuerza de trabajo, el capital social general tiró de la importación descarada de fuerza de trabajo nueva disponible para deflacionar el salario y tomar base de nueva expansión y nuevo reemplazo, en Hego Euskal Herria desde 1998, importándola desde la periferia capitalista y semicapitalista hacia los países capitalistas centrales, puesto que en estos últimos el nivel de paro obrero no resultaba suficiente para deflacionar el salario.

Hoy el plan y la necesidad del capital europeo es importar de manera organizada y selectivamente un flujo constante de carne fresca obrera para la explotación, desde la periferia y semiperiferia, buscando siempre mantener un nivel concreto de sobreoferta de fuerza de trabajo en los distintos sectores y ramos de la producción social, precisamente porque la mayor concurrencia obrera en el mercado capitalista de fuerza de trabajo, presiona a la baja el salario general y, así, AUMENTA LA TASA DE GANANCIA.

Deslocalizaciones o emigración del capital como nuevo modo de lograr su reproducción ampliada

En suma, aunque estas medidas de mitigación de las consecuencias de la depresión demográfica en el mercado capitalista de fuerza de trabajo y de la caída de la tasa de ganancia en los países capitalistas centrales estén actuando, el resultado de la depresión demográfica en los centros capitalistas es que el capitalismo no logra realizar su expansión tendencial ni incluso su autosostención en esas, hoy grandes e incluso muy grandes regiones centrales, más que importando fuerza de trabajo desde la periferia capitalista, por supuesto para, entre otros objetivos, proseguir librándose de los costos de reproducción social.

Ah, pero resulta que no logra realizar esa auto-sostención en la medida de lo necesario para su reproducción ampliada, de manera que la clase capitalista no crece socialmente, y, así, el edificio político del capital entra en zozobras. Descenso paulatino en rampa declinante que puede ser mitigada con saqueos y resaqueos de países y regiones en reserva pero no detenido con ellos, especialmente en lo que atañe a la ganancia y formación de plusvalía en la territorialidad de los países capitalistas centrales.

También por esta necesidad de búsqueda de condiciones de reproducción ampliada el capital emigra, no solo en busca de salarios más bajos sino también de más clase obrera. De manera que si el capital resiste a su no reproducción ampliada al interior de sus centros originales, es porque gran parte de su reproducción ampliada la está realizando ‘deslocalizando’ o emigrando hacia masas de población obrera externa y nueva, que vive y es explotada en la periferia capitalista, y que sirve para ampliar la magnitud de la oferta de fuerza trabajo disponible, de lo cual la demanda capitalista está ávida.

Es decir, las deslocalizaciones son el resultado de la nueva y temporal sobreoferta mundial de fuerza de trabajo, y la emigración del capital que constituyen, son la forma de realización de la reproducción ampliada saltando por encima de las antiguas fronteras que le constriñen su expansión.

K.A.García-Salmones

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Notas y enlaces

(1) El mito de que el mercado laboral capitalista es un mito.
(2) Los costos muertos del mercado capitalista de fuerza de trabajo

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