¿Es casualidad que dos de las colonias eugenésicas del Este que están siendo postuladas para entrar en la OTAN por los más belicistas y militaristas de las dictaduras tecnomalthusianas que padecemos resulten ser centros de prostitución reproductiva comercial? La novedad consiste en que ahora las empresas ucranianas y las georgianas están entrando en competición por este mercado. Mientras Ucrania cobra 44.000 euros por niño, Georgia entra rompiendo los precios al bajarlos, se nos dice, hasta los 8.000 euros por niño y haciendo propaganda de ellos a través de la idea eugenésica de los “megaclanes”.
Conviene aclarar que el sector biotecnológico y el eugenésico, al par que promueven el abortismo para reducir a cero la natalidad del proletariado que consideran sobrante y al mínimo al que se avienen a superexplotar, han estado fomentando la compra-venta de niños y gestaciones en el mercado internacional y el surgimiento de una red internacional de cientos de centros de prostitución reproductiva donde se ejerce la superexplotación de las madres gestantes, la alienación de la maternidad y filial de las sagas familiares, en el caso de la venta de esperma y óvulos.
Todo este tinglado eugenésico en desarrollo – a la vez que se presiona para hacer abortar sistemáticamente a aquellos cuyos padres no tienen dinero – nos contaban que estaba orientado a una “demanda” de la burguesía gay, hombres solos misógenos y madres que deseaban algún hijo más a costa de las costillas de otras madres. Ahora nos cuentan que también está orientado a formar “megaclanes”. ¿Es marketing?
Conviene no perder de vista que es precisamente en dos países que quieren entrar en la OTAN donde aparecen estas nuevas demandas (y, al menos en el caso de Ucrania, aparece además también una red de 26 biolaboratorios virológicos fuera de control) que es obvio están orientadas a crear infraestructuras eugenésicas sobre la base de la expropiación archicosificadora de la maternidad, restringiéndola a la producción de valor y no de vida. Y, ocurriendo, simultáneamente, que la ectogénesis no es viable en términos de bioseguridad procreativa para la especie, el capital corre hacia estas nuevas formas de explotación de la maternidad altamente intervenida biotecnológicamente, pero…
… pero, por otra parte, las aplicaciones militares eugenésicas de estas infraestructuras en la línea de crear superhombres y supersoldados, con escusas como la de prepararse para afrontar una Inteligencia Artificial General, o de mantener pulsos militares con otras potencias imperialistas productoras de supersoldados, riman con la idea de “megaclanes”.
La OTAN en principio es un mercado armamentístico imperialista y un marco de acuerdos industriales y militares entre potencias imperialistas, donde también se juegan jerarquía y plusvalias, pero, además, insisto; en la dialéctica imperialismo/ultraimperialismo también es un entorno de dirección, subsunción y cooptación por parte del partido tecnomalthusiano global que dirige la fracción más extremistra de la burguesía internacional. Y aquí la pregunta es; si son precisamente los países que practican esta cosificación extrema de las personas los que con más fuerza se postulan y son postulados como candidatos a entrar en la OTAN, cabe preguntar ¿hacia qué posthumanismo a partir del innegable impulso a la eugenesia y el malthusianismo está siendo dirigidos los participantes de esa organización?
A través de la riqueza en niños hasta el poderoso mega clan: ¿esa pareja conquistará el mundo con 100 niños?
A principios de 2021, la millonaria rusa de 23 años y la madre de once años Christina Ozturk anunció la suya Extienda la riqueza de los niños a 100 descendientes querer, pero no a través de sus propios embarazos (lo que sería una cuestión biológica de imposibilidad incluso a través de nacimientos múltiples artificiales), sino a través de maternidad sustituta. Aquí está surgiendo una tendencia decadente de preservación de la riqueza: el cultivo de megaclanes propios por personas súper ricas sin escrúpulos?
Por Daniel Matissek
A partir de febrero de 2021, solo uno de sus hijos nació del propio Outurk; los otros diez conocidos en ese momento fueron llevados a cabo por madres sustitutas, a quienes ella y su esposo pusieron a disposición su material genético. Con este método, la pareja anunció en ese momento, continuó hasta que se alcanzó el número deseado de 100 o más niños. También están dispuestos a invertir los escasos millones de euros que tendrían que recaudar para otras madres sustitutas. Estos requieren alrededor de 8,000 euros por nacimiento, al menos en Georgia, donde vive la pareja. A diferencia de la mayoría de los países occidentales, esta práctica moralmente cuestionable está permitida por la ley allí.
No se sabe de dónde provienen las madres sustitutas en este caso. Sin embargo, si la pareja planea trasladar al menos a algunos de sus futuros hijos de Ucrania, la guerra actual podría traer algunos retrasos. El país es uno de los. centros mundiales de subrogación Hay agencias enteras dedicadas a este lucrativo negocio. La guerra podría dar al negocio un impulso adicional.(…)
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