Y A ES OFICIAL; ya cuadran la comedia trágica de la pandemia, la nazifascista histeria calentológica y la despiadada inyección genotrónica de masas en tanto, bien eslabonados, el nuevo modo de pasarle la crisis a la Periferia y al Proletariado Mundial, archiconcentrando y re-centralizando el capital global postcolapso del 2019. Datos cantan.
Nadie ha dicho que caer de pies pisando cabezas sea fácil, pero si se planifica durante tres décadas, como han hecho los tecnomalthusianos, y su vanguardia tecnocrática burguesa, que sí estudió la crítica a la economía política de Marx desde hace un siglo y medio, es más fácil lograrlo.
Esta burguesía internacionalizada, liberal, progre, tecnocrática, por supuesto, y, menos aireado, cibernética, social-darwinista, tecnomalthusiana, eugenésica, conductista, keynesiana, ecofascista, anti comunista y anti cristiana – por el componente revolucionario anti cosificación humana presente en el cristianismo que obstaculiza la valorización y la expansión del capital-, esta burguesía internacional, ya planetarizada sobre Himalayas de mentiras, reformista del ser humano incluso hasta lo despiadado, sobre todo del proletariado, pero no de las relaciones sociales de producción capitalistas, sí se tomó en serio la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia.
Los tecnomalthusianos, – que tienen toda una industria archiconcentrada alrededor de la biotecnología reformista de humanos, desarrollada a escala industrial durante la fase toyotista mediante la política anti sexual y el negocio del abortismo -, se prepararon desde finales de los años 1990s para el colapso de la acumulación de capital, y, tras producirse éste en 2019 por no haberse logrado remontar la parálisis de 2008, ya se han constituido, incontestablemente, en la fracción reinante de la clase capitalista a escala mundial. Esta fracción reinante comanda una convergencia global de clases y fracciones de clases interesadas en liderar la reconversión del aparato productivo mundial y la transición hacia un nuevo modelo global de acumulación de capitales.
Intentando eludir el colapso del valor
Como ya adelanté en la nueva sección de colapso del valor:
La ONU dice ahora que el PIB no vale, pero que tiene una inteligencia artificial que sirve para medir rápido el valor contable del “capital natural”, perfecta para salvar al planeta
Dicho sucintamente, la Inteligencia Artificial lanzada por la ONU y una agencia oportunista del Gobierno autonómico baskongado, especialista en mezclar estadística burguesa con redes neuronales, sirve para fijar precios de mercantilización y capitalización de las riquezas naturales globales, especialmente en la periferia de los principales centros mundiales de acumulación de capital (EEUU, Japón y Europa Occidental, a los que se va incorporando el dinámico centro Chino de acumulación de capital).
Los estados de la periferia y semiperiferia endeudados para formar clases medias nacionales, aún inmersos en la fase neomalthusiana toyotista, disponen de potenciales nuevas líneas de crédito internacional que pueden iniciarse mediante los llamados “Derechos Especiales de Giro” del Fondo Monetario Internacional, punto de reconstrucción del señoreaje monetario global que no puede cubrir el bitcoin pues sus impulsores no disponen, hoy por hoy, de medios militares de coerción.
Estos DEGs sustituirán, por lo menos temporalmente, al dólar ( en el momento en que estalle cualquiera de las insostenibles burbujas inflacionarias de los precios que ahora operan en el inmobiliario, la bolsa y las materias primas con capitales sobreacumulados refugiados allí de la escasez de plusvalía, intentando eludir la muy aguda tendencia contemporánea a la desvalorización), lo sustituirán con algún tipo de neo-dolar en este marco de abarrotamiento de capitales y superendeudamiento de los EEUU y la UE que desvalorizan al dolar como moneda mundial.
Pasándole la crisis al vecino
Pero no se queda ahí la cosa porque:
La Fundación Rockefeller insta al FMI a hacer una contribución decisiva a la lucha contra la “pandemia”
Resulta que, según precisa el analista Valentín Katasonov, quien trabajó en el Banco Mundial:
“En marzo de este año, la directora ejecutiva del FMI, Kristalina Georgieva, anunció que se estaba preparando la quinta colocación de DEG en 2021, a una escala grandiosa: 650.000 millones de dólares estadounidenses (455-460.000 millones de unidades de DEG). La emisión planificada será más del doble del volumen total de las cuatro emisiones anteriores de DEG”.
Sin todavía considerar las “maravillas” del interés compuesto, si se puede, por ejemplo, apuntar registros crediticios de 10 o 20 neodolares, o como los vayan a llamar, por cada neodolar así emitido, así mismo se pueden solicitar contravalores para garantizar el pago de esos prestamos o créditos, por lo que todo ese “capital natural” delineado por la División de Estadística del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la Organización de Naciones Unidas y la espeluznante Agencia para el Medio Ambiente de esa misma organización ultraimperialista, puede respaldarlos y, así, cambiar de manos… y ser concentrado y centralizado “para salvar el planeta“…
Y es que ese ‘capital natural’ estaría basado, a la sazón, en riquezas, recursos y reservas naturales tangibles recién mercantilizadas, y los estados propietarios disponen, además, de fuerza de trabajo y plusproducto mundial movilizables para completar ese respaldo mercantil.
El caso es que aún es una maniobra más atractiva desde el punto de vista de los tecnomalthusianos ultraimperialistas, y, de hecho, la Fundación Rockeller, uno de los epicentros más significados y significativos del partido tecnomalthusiano internacional hoy globalizado, se ha pronunciado respecto a la carta que las oenesgés tecnomalthusianas ultraimperialistas han lanzado al FMI para que se apresure a emitir todo ese dinero “sin valor” (por ahora). Así, el analista Katasonov documenta en el sitio web Worldcrisis que la Fundación Rockefeller:
“habló de forma independiente: dio la bienvenida a los planes para emitir DEG por un monto de $ 650 mil millones y llamó la atención sobre las prioridades para gastar recursos financieros adicionales:
El FMI debe hacer una contribución decisiva para poner fin a la “pandemia” a principios de 2022.
Para ello, es necesario vacunar al menos al 70% de la población mundial . Los países de ingresos bajos y medianos (PIBM) no tienen dinero para tales vacunas. Por lo tanto, la Fundación Rockefeller propone que los $ 44 mil millones que provengan de las nuevas emisiones de DEG se utilicen para ayudar a vacunar a los PIBM.
Jeffrey Sachs , quien en los años 90, como asesor de Yegor Gaidar, ayudó a destruir la economía rusa, habla con franqueza de las prioridades para gastar los fondos recibidos de la emisión prevista . Hoy es profesor en la Universidad de Columbia, director del Centro para el Desarrollo Sostenible de la misma universidad y presidente de la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de la ONU. Aquí está su “recomendación”:
“ “La forma más segura, fácil y obvia de contener la pandemia y poner en marcha la recuperación económica mundial es emitir un nuevo derecho especial de giro del FMI y canalizar una parte significativa de los nuevos DEG hacia la producción y el despliegue de vacunas”.“
Como bien dice Katasonov, todo este promisorio plan, a financiar, sin duda, con los recién descubiertos “capitales naturales” “para salvar el planeta“, está vinculado con la sagrada vacuna, y la sagrada vacuna está muy relacionada con la típica concentración de capital a una escala que solo se vé cada tres generaciones.
La cosa parece quedar como un chantaje: si los PMBI no vacunan a sus poblaciones con la inyección correcta varias veces, – la sagrada vacuna, que ahora veremos -, los países capitalistas centrales muy posiblemente no reactivarán la economía mundial. Como pueden soportar un tiempo más prolongado sobre su propia acumulación y desierto social la no reactivación, y ya están implementando los medios de coerción y facilitación financiera DGEs, solo queda sentarse a esperar sobre el estrado del nuevo señoreaje monetario así montado. ¿Quedan flecos en este modelo constituyente de nueva concentración y recentralización de capitales para la fase de la Robotización?
La sagrada vacuna es un modo de explotación
La sagrada vacuna, como ya se ha aclarado, hay que pagarla tres veces, todas ellas por las vías tributarias. O sea, que la sagrada vacuna es un modo de explotación en el formato del incremento de urgencia de la cuota de plusvalía.
Por esto, la sagrada vacuna es sagrada, es sagrada también la sagrada mascarilla que necesita para desplegarse, y es santa la santa pandemia que camufla propagandísticamente el nuevo régimen disciplinario constituyente para la nueva explotación capitalista. Y todo este tinglado militarizado por los tecnomalthusianos es, además de sagrado, intocable, como han descubierto tantos pacientes, periodistas, escritores, youtubers, enfermeros, médicos, patólogos, biológos, virólogos, genetistas y científicos en general durante este año.
La primera vez que se paga la sagrada vacuna es a) en forma de capital productivo, luego viene b) pagar el producto resultante también contra plusvalía tributaria, – incluyendo las partidas y las mordidas a tantos entusiastas de la pandemia para aceitar su movimiento -, y c) después hay que pagar las indemnizaciones por los efectos adversos, también contra plusvalía tributaria, efectos que son espeluznantes y que los socialdemócratas y la ultraizquierda del espectáculo profesional, estos nuestros héroes anti el El fascismo, se afanan en ocultar a posta al público, para que el plan siga adelante, eso si, con su pin arco iris de Agenda 2030 puesto en la pechera, como primerísimos comandantes de los esfuerzos “para salvar el planeta“.
Una cuarta ganancia es, por supuesto, todas las ganancias del sumidero de datos de Wetwarización sin hablar de la información política obtenida del afloramiento de la oposición social a someterse al nuevo régimen disciplinario. Ser pioneros, además, de la Wetwarización incluso podría darles el liderazgo tecnológico sino definitivo si para décadas ante China, ya examinado este proceso en el nivel interimperialista de la dialéctica ultraimperialismo/interimperialismo que tan bien manejan los tecnomalthusianos.
Una década o un lustro de pruebas de bioprogramación humana multitudinaria puede desarrollar el capitalismo antiaging y los mercados de aumento humano de manera muy acelerada, hinchándose a nuevas patentes, royalties, y otras triples facturas. Los principales capitales tecnomalthusianos lo tienen muy claro al comprobar que los estados burgueses superendeudados les entregan a sus poblaciones atadas de pies y manos dispuestas al pinchazo, pastoreadas por la socialdemocracia: Las indemnizaciones por efectos adversos las paga el erario público ¿por qué pues no aprovechar?
Así, si la inyección rusa es un experimento de una vacuna, y si no se informa a los usuarios del riesgo experimental que corren está aboliendo el Código de Nuremberg que tantos sufrimientos humanos costó implantar, y tanto más y peor ocurre con la vacuna Tecnomalthusiana de Pfizer que directamente abole el Código de Nuremberg al ser una sagrada vacuna en pruebas experimentales, de una sagrada tecnología de modificación del ARNm humano en pruebas experimentales…
Todo es bueno para la cofradia tecnomalthusiana, tan progresista y keynesiana, buenista, reformista, antifascista, superendeudada y “pro igualdad”. ¡Qué malos son los anti vacunas!
La táctica es pues, pasar la crisis al vecino de la Periferia capitalista y al Proletariado Mundial; lanzar a miles de millones de personas al experimento de los genosueros; condicionar la salida de la crisis a la declaración de fin de pandemia por parte de los socios de la OMS y los ministerios de salud involucrados en el golpe de estado mundial de marzo de 2020; criminalizar internamente, mediante la militarización mediática a la población antivacunas o anti inyección para utilizarla como hombres de paja con los que hacer propaganda de lo que no debe ser durante la campaña de inyecciones en los países de la Periferia , motejandoles de ultraderechistas, terroristas, peligrosísimos oscurantistas a quien nadie quisiera parecerse y esto es evitable simplemente entrando en la aplicación de la despiadada inyección genotrónica. ¿Es esto lo que está ocurriendo? ¿El Plan B en todo su esplendor?
Todo indica que si, sin embargo, quedan flecos que también van siendo integrados en el campaña de reconversión y reestructuración robotizadora del aparato productivo mundial y del sistema de explotación, en clave ya de Plan C:
La calentología es útil para dar pinceladas de buenismo y pro igualdad, y algo más…
Pero, y en esta audaz ofensiva mundial de centralización de la selección de Trabajo Útil (en la producción de plusvalía) y destrucción de viejos capitales no rentables, con su segundo paso de archiconcentración y supercentralización global de los nuevos capitales, avanzando a golpe de jeringuillas cargadas de genosueros, simultáneamente los capitalistas de los países centrales intentan sufragar los costos de la revolución tecnológica en curso y de su propia reconversión productiva, a costa de los bolsillos del proletariado mundial, la Periferia y la Semiperiferia. ¿Qué pinta la histeria calentológica en todo esto?
El capitalismo ha colapsado porque su composición orgánica media es muy elevada, y para recuperar impulso los capitalistas tienen que destruir el capital que obstaculiza la acumulación de capital porque ya no es rentable. E, inmediatamente, cuando los problemas de rentabilidad están generalizados, tienen que construir un nuevo patrón de acumulación de capital que funcione, sobre las ruinas del anterior. Todo ello es muy caro.
Y esto es por lo que los dirigentes capitalistas están hablando de reconstruir o reiniciar el capitalismo, y, si no, eventualmente, crear otro modo de producción. El problema es que son palabras mayores, pues el capitalismo no tiene alternativa a sí mismo, y realmente tales planes están fuera de su alcance. Además de que la misma clase social que usufructa el modo de producción no puede superarlo, las leyes sociales y económicas objetivas del modo de producción capitalista han de agotar todas sus posibilidades antes de ser anuladas y suprimidas por una revolución histórica, que abra el paso al nuevo modo de producción social ya históricamente necesario.
La calentología, una seudociencia que niega los debates sobre las oscilaciones climáticas y paleoclimáticas en el clima de la Tierra, no toca la cuestión de la restauración de la rentabilidad en tanto tal, pero viene de perlas para reorganizar radicalmente el modelo de acumulación de capital que los tecnomalthusianos llaman el Nuevo Orden Verde.
La colapsología burguesa, basada en el fraude del peack oil energéticamente ineludible, colapsó, pero la burguesía y las clases medias tecnomalthusianas la sustituyeron con la climatología política, cuya seudociencia calentológica fue desarrollada como el modo de neutralizar las críticas proletarias a la elusión por parte de los capitalistas de los costos sociales y naturales de la contaminación industrial.
Quién sabe si sobreviviremos entre todas estas catástrofes políticas, económicas, culturales y científicas que trae la implantación del próximo, – y muy probablemente último posible -, modelo de acumulación de capital de este modo de producción social. Lo que si sabemos es que éste eventualmente posible nuevo modelo de acumulación de capital robotizador viene anejo con el inicio de la mayor revolución tecnológica y productiva de los últimos 10.000 años: El despliegue de la capa de la Inteligencia Artificial sobre la totalidad social, finalmente un cambio macrohistórico.
La reconversión productiva y crisis social que determina este despliegue de la capa de Inteligencia Artificial recuerda a la crisis social en Bizkaia en los años 1973-86s, en la que se destruyeron la mitad de los empleos de toda la formación socio-económica justo cuando se incorporaba una cuantiosa fuerza de trabajo obrera a la oferta, mientras el conjunto de las bases productivas metalúrgicas-siderúrgicas era desmantelado como base económica fundamental. Solo que ahora, además de la incertidumbre económica radical, la desvalorización viene a ser del trabajo intelectual medio y avanzado en lugar del trabajo manual, de baja y media cualificación, como lo fue entonces.
En un ambiente similar, pero a escala planetaria, la propuesta de Nuevo Orden Verde justifica y legitima la caída drástica del consumo proletario y la reconversión drástica del turismo, la aeronáutica, automoción, energía, variadas producciones para mercados de larga distancia, y la estructura de las inversiones en los sectores de educación, sanidad, pensiones y servicios sociales.
A la vez, el Nuevo Orden Verde acompaña la legitimación del gran saqueo para sufragar la reconversión energética, y la financiación de las infraestructuras de la Industria 4.0, la Robotización, la IV revolución industrial y la revolución tecnológica en su conjunto con sus colosales costos muertos.
Por último, la Wetwarización corre paralela a la eclosión del capitalismo antiaging, los mercados de humanos mejorados, y la explotación de la biomateria humana, primarizada, para lo cual la socialdemocracia con su flamante política de las identidades, darwinista social, neoeugenésica, ecofascista, tecnomalthusiana para la gestión de los sobrantes, racializadora, sexista, edadista y conductista skinneriana, con su punta de lanza de la ultraizquierda profesional del espectáculo, provee las herramientas de control cibernético de los tecnomalthusianos sobre el proletariado para el incremento de la explotación. Esta movilización general la están haciendo en una atropellada carrera contra China, para evitar que les sorpase con sus ventajas en el despliegue de la robotización productiva por medio del “crédito social”, o sea, estatal, de aquí el aspecto militar y no solo cibernético y represivo de la masiva movilización burguesa global para pasarle la crisis al vecino entre inyecciones genotrónicas, calentología, tecnomalthusianismo, nuevas biologías políticas darwinazis, reconversiones industriales y presuntas pandemias.
Todo cuadra, y ya es oficial, el capitalismo toyotista colapsó en 2019, y la aristocracia obrera, el funcionariado jacobino, la burguesía globo-oligopolista, las fracciones de técnicos dispuestas a “usar humanos” y “cultivarlos“, junto con la parte del proletariado y la pequeña burguesía que puedan arrastrar, y la pintoresca, – pero nazi tecnomalthusiana -, ultraizquierda profesional del espectáculo, se han lanzado a cometer una contrarrevolución thermidoriana de escala gigantesca contra el proletariado mundial.